🌸Capítulo 26🌸

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Tengo que dejarte ir.

Lucrecia en ese momento se puso a recordar el momento de la muerte de su ya fallecida pareja.

No tenía el mismo nombre que Camilo pero si tenía un ligero parecido a él.

Su nombre era Jonathan.

Lo conoció durante la escuela secundaria, al principio no se hablaron hasta último año.

A partir de ese momento, a partir de ese hola por parte de ambos, se estaría escribiendo la más grande historia de amor.

Para ellos cada momento junto era inolvidable, uno con el otro se conectaban a la perfección.

Hasta que un accidente ocurrió y eso fue unos días antes de que los dos se fueran a casar.

Acababan de cumplir 22 años y el sueño de casarse estaba apunto de cumplirse por fin vivirían juntos.

Ese día los dos salían de su trabajo como de costumbre cada uno en diferentes lugares.

Sin pensarlo una explosión ocurrió en el edificio de Jonathan debido a una fuga de gas.

Lucrecia al enterarse de la noticia salió en su carro conduciendo a toda velocidad en dirección al trabajo de su prometido.

Una vez allí pasando a los oficiales se dispuso a buscarlo, pero, la mayoría de los pisos estaban rodeados de fuego.

Fue entonces que escucho un llamado de auxilio y sabía muy bien de quien se trataba esa voz.

Su prometido.

Corriendo en su ayuda, lo encontró.

Jonathan estaba a nada de caer desde uno de los últimos pisos, intentando llegar hasta ahí, lo logró.

Una vez que agarro la mano de su prometido, este la miró con una última sonrisa.

- Jonathan no sueltes mi mano!!

Pedía a gritos Lucrecia mientras que con otro se sostenía de un muro de concreto.

- Lucrecia mírame!!!

Jonathan trataba de llamar su atención pero esta no le hacía caso.

Él quería hacerle entender que no podía salvarlo y no había oportunidad para él.

Incluso si Lucrecia lo lograba subir, él tendría secuelas de por vida.

Ya que tenía la mitad del cuerpo atrapado contra algo que no sabía bien que era.

Pero terminaría con el cuerpo partido a la mitad.

Uno de ellos debía sobrevivir y Jonathan ya sabía de quien se trataba.

- no Jonathan, vendrá la ayuda, solo debes resistir un poco más.

- Lucrecia mírame tan solo una vez.

- ya se que me vas a decir y no quiero......

Lucrecia también había visto la situación, pero, se negaba a creer que él tendría que morir.

- Amor mírame.

Pedía Jonathan, apesar de que Lucrecia se negará, él quería que ella lo mirara.

- mañana nos vamos a casar......

Lucrecia le dijo.

- mi vida tienes que mirarme.

Mordiendo sus labios y apretando su agarre fue entonces que lo miró.

- mi amor tienes que dejarme ir, déjame ir......

- no, no, no.

- si no me dejas ir, tu también morirás.

- ellos van a venir, estoy segura de que lo harán.

- ya lo has visto, ¿cierto?

Se refería a lo grave de la situación.

- pero.....

- Lucrecia si esto se cae y lograrás agarrarme, mi cuerpo se partiría en dos.

- no, eso.....

- y también podrías caerte y no quiero eso!

- pero.....

- Lucrecia te amo y siempre te he amado, sabes, me enamore de ti desde inicios de la secundaria.

- ¿eh?

- si......

- ¿desde inicios?

- si me enamore de ti, unos días después de la bienvenida de la secundaria y a partir de ese momento, te admiraba desde lejos.

- entonces, ¿porque no lo dijiste?

- tenía miedo de ser rechazado por ti, tan solo mírate, eres preciosa y muchos iban detrás de ti, así que pensé que ya tenías a alguien.

Lucrecia se quejo perpleja ante tal situación.

- se que no te gustaba hasta tercer año así que por eso me guarde mis sentimientos.

- ¿y porque hasta último año?

- fue que me di cuenta que si no era en ese momento no tendría otra oportunidad.

Y eso era cierto, Jonathan sabía que las personas de la secundaria muy pocas veces volverías a verlas, otras nunca jamás las verías de nuevo y Lucrecia sería una de esas personas.

- así que decidí hablarte aunque al inicio quería ser tu amigo para no ir demasiado rápido y te hice mi novia.

- Jonathan no me digas más.

- pensé que sería necesario que lo supieras.

Crack.

El edificio estaba a nada de colapsar.

- y estaba nervioso cuando te pedí ser mi prometida.

- basta!!

- ahora se que valió la pena.

Jonathan sabía que todo había válido la pena desde que le habló por primera vez hasta que le pidió matrimonio.

Cada una de esas cosas valió la pena.

Lamentablemente no todo sería para siempre.

- ahora quiero que sepas que te amo mucho y siempre querré que seas feliz.

- ya se a donde va esto y no.

- eres joven, amor.

- Jonathan!!!

- se que serás feliz y podrás volverte a enamorar solo espero que lo aceptes menos de lo que yo te di.

Y así por última vez, Jonathan se despidió de ella con una sonrisa para soltar su mano y caer junto con la estructura que lo tenía atrapado.

Lucrecia habría caído junto con él si no fuera por el equipo de rescate que llegó después, llegó muy tarde.

Tal vez y solo tal vez podrían haberlo salvado.





Lucrecia abrió los ojos rápidamente, despertando de aquel sueño que había vuelto.

Esa era la razón por la cual se había obsesionado con Camilo o más bien el amor que este le daba a T/n.

Camilo se parecía a Jonathan y eso provocó que quisiera tenerlo sólo para él.

Ya que....

Todavía no había dejado ir a Jonathan.

Porque un amor así no se olvida.

🌸Tal Vez Y Solo Tal Vez 🌸 Camilo Madrigal. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora