In Care Of - Fangs_Fawn

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'In Care Of' de Fangs_Fawn.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/Fangs_Fawn/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/1023625

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Snape echaba humo. De todas las cosas que había tenido que soportar en su carrera como profesor y como espía, esto era el colmo. La mascota de Potter. ¡La mascota de Potter, de todas las cosas!

Pensar en la cara que pondría Dumbledore cuando el viejo mago se enterara de esto era enloquecedor.

Eran las 6:30 de la mañana. El maestro de Pociones convertido en murciélago podía oír movimiento en una habitación lejana mientras alguien, presumiblemente el tío del chico, empezaba a prepararse para el día. El propio chico no había vuelto a despertarse después de la pesadilla que lo había mandado al suelo esta misma mañana, sacando a Snape de sus meditaciones. La conversación unilateral durante la madrugada había parecido aliviarlo en gran medida, y Potter había dormido sin agitarse el resto de la noche.

Snape hizo una pausa en su torpe y limitado paseo para mirar hacia la cama del adolescente. Un mechón de pelo negro era todo lo que se veía desde un extremo del revuelto montón de mantas.

Snape había oído el rumor de que Potter sufría de frecuentes pesadillas, pero por supuesto, al no ser el Jefe de la Casa del chico, nunca había sido testigo de que tuviera una. Se había alarmado por la violencia de los golpes del chico, y se había sorprendido por su evidente temor a que alguno de los otros internos de la casa lo hubiera escuchado.

Orgullo de Gryffindor, pensó Snape mordazmente. Demasiado orgulloso para buscar el consuelo de su familia.

Entonces recordó el breve y lastimero grito que le había llamado la atención por primera vez sobre el hecho de que los sueños de Potter distaban mucho de ser dulces y se sintió, a su pesar, un poco avergonzado. El chico había intentado ayudarle y, se vio obligado a admitir a regañadientes, había hecho un trabajo admirable. Por muy fuera de lugar que fuera su dolor, era obvio que estaba realmente dolido por la muerte de Sirius Black, aunque Snape no podía adivinar por qué el chico decidía no acudir a su familia en busca de consuelo.

Una ráfaga de fuertes golpes en la puerta hizo que Snape se sobresaltara. Mirando rápidamente a Potter, vio que el chico también se había despertado bruscamente, levantándose de golpe, con sus ojos verdes, miopes y desconfiados, fijos en la puerta.

–¡¿Aún no te has levantado?! –la voz chillona de Petunia atravesó la cabeza dolorida de Snape–. ¡Tu tío bajará en diez minutos; ¿por qué no está listo el desayuno?!

Potter se levantó de la cama y se lanzó a por el par de vaqueros que había dejado en el suelo la noche anterior.

–¡Bajo en un minuto, tía Petunia! –llamó el chico, intentando sonar enérgico y preparado (y fracasando por completo, en opinión de Snape) mientras se despojaba del pijama.

Se oyeron los pasos agudos y rápidos de Petunia retirándose por el pasillo al otro lado de la puerta. Potter se puso rápidamente los vaqueros y cogió una camiseta. Cuando se giró para coger sus gafas, se fijó en la jaula.

–Hola, Espartaco –murmuró el chico distraído–. Me ocuparé de ti en un momento... aguanta, ¿vale?

Con las gafas puestas, el chico salió de la habitación, todavía descalzo, y cerró la puerta tras de sí. Un momento después, Snape oyó sus pies bajando un tramo de escaleras.

Snape volvió a sentarse en su cama de algodón, sintiéndose... perplejo.

¿Era esto algo cotidiano? Seguramente no... su oído superior de murciélago podía distinguir los ronquidos del primo en una habitación cercana. Tal vez preparar el desayuno para sus tíos en ciertos días era una tarea asignada a Potter. Tal vez el chico tenía la costumbre de quedarse dormido, y por eso su tía había sonado tan irritable (no es que Snape la recordara sonando de otra manera que no fuera irritable en su infancia).