𝟬𝟵

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Narra ______.

Dos días desde que los Madrigal, casi con amenazas de muerte, me animaran a vender los brownies en la pastelería. Realmente no estaba segura de hacerlo, por que LITERALMENTE había robado una receta historica del mundo haciéndola pasar por una creación mía. Estaba básicamente haciéndole un atraco a la historia de la gastronomía, creo.

Lo único que pasaba en mi mente era
¿Y si altere la línea temporal en la historia y ahora debo encontrar la solución para repáralo como en esas películas de Marvel? Tal vez ahora aparezco en los libros de historia como la mujer que creo los brownies.

Soy la mamada

Como sea, ¡estaban siendo un éxito!. Había una larga fila afuera de la pastelería y todo para comprar un brownie, Mirabel, Julieta e Isabela habían venido a ayudarme con todo el caos, sin duda, yo sola no iba a poder. Tuve que enseñarles a mis sobrinas a como hornear bajo presión, claro que también les pagaba, no soy una explotadora infantil.

Camilo era el encargado de llevar los pedidos a domicilio, tal vez también me robe la idea de los Uber eats. Soy una maldita genio. Shark tank trágate esta.

Las ventas iban geniales, y con todo el dinero que estaba ganando iba a ayudar a la gente del pueblo, tal vez construiría un nuevo parque para los niños, o algo así. Pudiera ser que acabo de crear la mafia de los brownies.

—¡Bruno, no te comas la mezcla!, te va a dar indigestión— Le regañe. Bruno estaba robando cucharadas de mezcla de chocolate de los bowls.

—Es que es muy buena— Puso una carita de cachorro que me hizo dudar un momento.

—Deja de hacer eso, pueda que yo me apiade de ti, pero la mezcla no. Se te va a tapar la panza Bruno.

Escuche como se quejó y dejó la cuchara en el fregadero. Volví al mostrador en donde Mirabel estaba ahora de encargada, era rápida con los números así que se acoplaba mejor que horneando.

—¿Como vas?— Le pregunte.

—De maravilla, se venden como pan caliente, literalmente. Creo que hoy vendimos más que ayer, se hará millonaria Tía.

—Nos, mi querida sobrina, nos haremos millonarios— Le di un suave codazo a lo que ella rio.

(...)

La jornada había terminado, todos estábamos muertos del cansancio, tanto Mirabel como Isabela, Julieta y yo estábamos exhaustas. Podía jurar que sólo hoy vendimos como 100 brownies, si no es que más. Mientras tanto, Bruno solo se encargaba de que los brownies pasaran el control de calidad; comiéndoselos.

Pero que podía decirle a mi prometido, al parecer ya tenía una adiccion al chocolate. Al menos es el chocolate y no otra cosa.

El dolor en mi espalda baja había empeorado a tal punto de que ya nisiquiera podía estar sentada, no le había comentado nada a Julieta y admito que era mi culpa, deje pasar muchos días y el estrés estaba comenzando a sobrepasarme. Todos los días tenía la carga mental de no estar en mi verdadera realidad, no sabía nisiquiera que estaba pasando allá.

¿Será que ya no existía?, ¿Daniela me habrá olvidado?

No lo sé.

Ahora, Bruno y yo estábamos en mi casa. Me había ayudado a traer algunas cosas de la pastelería, quería guárdalas aquí y Luisa estaba algo ocupada. Igual solo eran moldes.

—Gracias por la ayuda Brunito— Dije mientras dejaba una caja encima de la mesa.

—No hay de que— Me sonrió— Me gusta poder ayudarte.

𝓦𝓲𝓼𝓱- 𝐵𝑟𝑢𝑛𝑜 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑖𝑔𝑎𝑙 𝑋 𝑇𝑢́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora