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1999.

Narrador

Como cada día de la semana, la pequeña _____ madrugaba desde muy temprano.

El sol nisiquiera se asomaba en el cielo y algunos grillos todavía cantaban fuera de la casa. Era bastante temprano aún, pero la niña tenía que levantarse para hacerse el desayuno y el lunch para llevarse a la escuela. Sabía perfectamente que si ella no lo hacía, se quedaría sin comer ese día.

Con los ojos aún pegados por el sueño y con algunas cuantas lagañas tapando su vista, se levantó de la cama para salir de su cuarto y bajar las escaleras hasta la cocina.

Su vista recorrió el lugar esperando a que su madre no estuviera despierta aún.

Por suerte, la cocina estaba sola.

Soltó un suspiro de alivio y entró.

Como siempre, comenzó con la rutina que día a día llevaba. Saco algunas cosas del refrigerador para preparase sus sándwiches favoritos, de mermelada de fresa. No le gustaban las cosas saladas, así que siempre prefería llevarse cosas dulces a la escuela. Para ser tan pequeña, amaba el café; con leche y azúcar.

Cada mañana se preparaba uno, sabiendo que estaba mal, pero de igual manera lo disfrutaba, no había nadie que le prohibiera hacerlo así que se preparaba una taza religiosamente apenas se despertaba.

Acomodo en su lonchera morada los sándwiches con mermelada que se había preparado, tomó del refrigerados dos leches de sabor chocolate que su padre le compraba en la tienda y los acomodo como pudo.

Tomó la lonchera y la dejó a la vista sobre la mesa,esto para que no se le olvidara al salir. Ya le había pasado una vez y se había quedado sin comer ese día en la escuela, desde ahí se prometió nunca volverla a olvidar.

Subió de nuevo las escaleras, con cautela, evitando hacer ruido para no despertar a su madre. Un bostezo salió de su boca cuando llegó de nuevo a su habitación, apenas eran las 5:30 de la mañana y ella moria de sueño.

Saco de su closet el uniforme de la escuela, ese día hacía frío, así que escogió llevarse el conjunto de invierno que tenía estipulado su escuela; un pants gris junto con una sudadera del mismo color, ambos con el logo de su institución.

Volvió a salir de su cuarto, echando un vistazo al pasillo, asegurándose de que este estuviera solo. Casi de puntitas salió directo al baño, que estaba frente a la puerta de su habitación.

Se mentalizo internamente para lo que seguía, sin duda era lo que más odiaba de su rutina diaria: el baño.

En su casa nunca había agua caliente, así que debía meterse a bañar con el agua fría que salía de la regadera. Al ser tan temprano, su cuerpo seguía calientito por las mantas de su cama, lo que hacía aún más difícil el meterse a bañar con agua casi helada.

Tomó valor para quitarse la pijama y entrar de golpe a la lluvia artificial de la regadera. A veces tomaba bocanas de aire para aguantar la respiración y salir del agua, para luego volver a meterse. Así hasta que se acostumbraba un poco a la temperatura y terminaba de ducharse.

Envolvió su pequeño cuerpo en la toalla de hello kitty que estaba colgada el cancel del baño, esperando a que esta le proporcionara algo de calor. Seco su cuerpo y cabello en tiempo récord.

Titiritando de frío comenzó a vestirse con el uniforme, el cual estaba algo arrugado por estar en closet. No se le permitía tomar la plancha, así que no tenía más opción que ponérselo así.

Se puso los calcetines rosas que había tomado de su cajonera y salió del baño.

Se puso los tenis blancos que estaban a un lado de la puerta y volvió a su habitación.

𝓦𝓲𝓼𝓱- 𝐵𝑟𝑢𝑛𝑜 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑖𝑔𝑎𝑙 𝑋 𝑇𝑢́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora