𝟬𝟳

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Narrador

Había pasado dos semanas desde que _____ despertó en encanto. Las cosas estaban aparentemente bien, aún no sabía como hacer para regresar. Ya había guardado algo del polvo que había quedado en el sobre, no se había caído del todo así que aún quedaba unas piscas. Sin embargo, _____ no tenía el valor de pedir el deseo, el pensar que dejaría a Bruno y a los Madrigal le ponía muy triste...sabía que si se iba probablemente llegara a arrepentirse. Era una difícil decisión

Durante las semanas, trato de recopilar información acerca de ella y de cómo era su vida en el pueblo.

Por ahora, conocía a sus vecinos de local. La señora García era dueña del puesto de fruta, los Arango eran los zapateros del pueblo, Don José era dueño de la panadería y el señor Julián era el florista. Con todos tenía una buena relación.

Con los Madrigal, por lo general iba a comer o a cenar, al menos 3 veces en la semana. A veces ayudaba a Julieta con la comida, le gustaba pasar tiempo con todos, sobre todo sus sobrinos. Con Bruno pasaba más tiempo, a veces salían a caminar o iban cerca del rio a ver las estrellas por la noche, se había echo más cercana a el; y con más razón, por que era su prometido. Bruno era todo lo que podía pedir en un hombre, atento, detallista, cariñoso, aunque esto último era con muchísima pena, pero ella sabía que así era Bruno y no le molestaba en lo absoluto, le parecía tierno cada que se sonrojaba con los comentarios que le hacia. _____ sentía que estaba dejando atrás la atracción que había sentido en un principio para comenzar a enamorarse de Bruno, el Bruno que no se veía más allá de la película.

Narra _____.

Apenas me levante, seguí con la rutina que había adoptado toda estas 2 semanas.Me bañe, desayune y salí al pueblo para abrir la pastelería.

Esta semana había vendido bastante bien, por las cuentas en mi libreta y comparado con las anotaciones que había de antes, las ventas habían aumentado casi el doble. Ahora incluso había algo de fila para cuando daban las 12, estaba pensando en contratar a alguien para que me ayudara, sola no podía darme abasto.

Llegue a la pastelería y abrí. Subi las cortinas y encendí la radio. Tome el delantal y me lo puse. Extrañaba muchísimo la música que solía escuchar a diario, pero ni siquiera existían aquí, así que me resigne. Llevaba más de una semana sin teléfono, sin redes sociales, sin el entretenimiento del que estaba acostumbrada, sin embargo, ahora me sentía conectada con mi vida. Era extraño estar en otra época, todo lo normal para mi aquí ni existía, tenía que ser muy cuidadosa incluso con el vocabulario que ocupaba.

Encendí la cafetera para comenzar a preparar el café, muchas personas pasaban desde temprano para desayunar una taza de café con un pedazo de panque de nuez que yo hacía.

No pasó mucho tiempo cuando los primeros clientes comenzaron a llegar.

—Buenos días señorita Valencia— Me saludo el señor Julián.

—Buenos días Don Julián. ¿Qué tal todo hoy?— Le respondí mientras servía una taza de café para el.

—Todo bien por ahora, vemos qué tal nos va hoy con la venta— Me respondió.

Asentí con una sonrisa y le di el café. Ya nisiquiera preguntaba que hiba a querer, diario pasaba a desayunar lo mismo de siempre; Café negro cargado sin azúcar y una rebana de panque.

La mañana transcurrió tranquila como todos los días, aunque el trabajo estaba comenzado a pasarme factura en la espalda. Ya podía sentir una tensión en la parte baja de la columna.

"Mierda, cómo necesito un masaje" Pensé.

Suspire cansada y seguí con lo mío. Hoy iba a llevarles a los Madrigal brownies como postre.

𝓦𝓲𝓼𝓱- 𝐵𝑟𝑢𝑛𝑜 𝑀𝑎𝑑𝑟𝑖𝑔𝑎𝑙 𝑋 𝑇𝑢́Donde viven las historias. Descúbrelo ahora