Capítulo 1

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Narra Camilo

Ya pasaron dos años años desde que Bruno volvió a casa y si, somos una familia mas unida, pero las cosas no son iguales. Mi hermana, Dolores, siempre está con Mariano. No lo soporto del todo, como puedes estar con Isabela y de repente decidir ser novio de Dolores. Si le hace algo a mi hermano lo mato, si es que el terremoto que cause mi mamá con el enojo no lo mata primero. Algo que me sorprendió fue que Isabela ahora tiene novio, está saliendo con un hombre que es un botánico. Él llegó al pueblo hace dos meses y desde que vio a Isabela no pudo dejar de seguirla. No estoy seguro si son novios todavía, pero Eduardo (si así se llama) siempre se encuentra embobado detrás de Isabela. 

- Camilo, recuerda hoy tienes que ayudar a Luisa. Los burros se volvieron a salir. - Dijo la abuela Alma.

- Entendido abuela, pero ¿que los burros no se salen siempre?

- Si, pero desde que ese joven maestro sale con ella no me gusta que vaya sola a hacer sola las cosas. - Dijo la abuela muy seria. - Lo entenderás cuando tengas tus hijos. Ahora vete. 

- Luisa, ¡Luisa! - Grito por casita. - Casita, llévame con Luisa.

Casita mueve los azulejos del suelo hasta dejarme frente a la puerta del cuarto de Luisa, debí suponer que estaría aquí, pero fuimos a comer a que volveria. Ya sé que hacer. Me transformo en él, en el maestro de la escuela, practico su voz unos momentos y abro la puerta.

- Luisa, mi dulce amor. - Luisa está perpleja, abrí la puerta y estaba maquillándose y preparando su cabello. - Ya no soporto el tiempo lejos de ti. Quiero estar entre tus fuertes brazos.

- Muy gracioso Camilo. - Dijo lanzándome una brocha. Si no hubiera estado molesta no me hubiera dolido, pero es Luisa, me dolió y caí al suelo sentado volviendo a mi forma normal.

- Luisa, eso pudo matarme. - Digo exagerando. - ¿Quería ver a tu dulce primo muerto?

- No seas dramático y ve a que tía Julieta te cure. - Dijo girando los ojos. - Te veré allá.  

*****

Tía Julieta se encontraba curando a los trabajadores de esa nueva casa que están construyendo a las afueras de la ciudad. Es enorme, normalmente el pueblo crece por las familias que viven aquí o pocas personas se mudan de otros pueblos, ¿Quién vendría a vivir aquí teniendo una casa tan grande? Creo que es mas grande que casita y gracias a Dios tenemos a Luisa y Antonio, una hace el trabajo de todos y el otro puede hablar con los animales para que nos ayuden. 

- Tía. - Digo yo y ella me ve sorprendida por el golpe de mi frente. - Me pegué con una pared, ¿puedo tomar unas arepas?

- Tómalas, no te preocupes. ¿No has hechos tus tareas de hoy? - Dijo mientras me daba una arepa a comer, Ey ya no me duele mi cabeza.

- Tengo que acompañar a Luisa a recoger los burros nomas. - Digo mientras como. 

- Deberías tomarte el dia libre. - Me acaba de decir que deje a su hija sola con un hombre. Esto es muy diferente a lo que me dijo la abuela. Ella sigue sonriendo mientras da arepas a todos. No se ha dado cuenta, pero metí unas cuantas debajo de mi ropa. - Es joven. Siempre que salen es acompañados por alguien. La única vez que fueron a la ciudad fue para llevar a Antonio al cine. Seria bueno que pasaran un momento a solos. Lo entenderás cuando tengas novia.

- De acuerdo tía. ¿puedo pasar a ver la casa? 

- Si claro, ya casi acaban de colocar muebles, pero tuvieron un problema moviendo unas camas que cayó al suelo y golpeo a unos cuantos trabajadores. De todas formas ten cuidado. 

La casa es linda y elegante, tiene muchos cuartos y tiene un espacio dentro donde entra el solo como en casita, pero aquí son colores blancos, toda la casa es blanca con techos de tejas cafés. Es una casa elegante, es una bella casa, pero no tan bella como Camilo Madrigal. 

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