Extra .3

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Narra Camilo

El cielo todavía sigue nublado. Desde hace unos días no ha dejado de haber nubes. El clima es bastante frio, el aire helado y la sensación de melancolía en el lugar.

- Buenos días Camilo. ¿Como sigue Dominico? - Dijo Isabela. Ella carga en sus brazos a su hijo. Resultó ser varón. Lo nombraron Pedro, le pidieron permiso a la abuela antes de pedírselo. El bebe ya tiene un año.

- Creo que un poco mejor. - Dije yo.

- ¿Como sigue su abuela?

- Tiene revisión de rutina en el hospital. Los doctores dijeron que respiró mucho humo y tiene que ir constantemente para revisar sus pulmones.

- ¿No irás a acompañarlo?

- Los hospitales no son lugares para niños. Es muy peligroso llevar a Salomón a un lugar como un hospital, se escapará y tendremos que buscarlo por todos lados. Me quedé para cuidarlos.

- Es difícil para él superarlo, su padre...

- Quiero darle todo el apoyo que pueda, pero es difícil. Su padre falleció, intenta ser fuerte para los niños.

Hace un par de meses, la casa de su padre se incendió. Fue durante la noche, Dolores escucho el fuego y fuimos todos a ayudar, pero fue demasiado tarde. La casa estaba ya incendiándose. Por suerte pudimos sacarlos a todos, pero el padre de Dominico ya no despertaba. No pudimos hacer nada. Mi madre intento que lloviera, estaba muy alterada y fácil paso a convertirse en una tormenta. Isabela hato a Dominico con lianas porque quería saltar al fuego de forma brusca, Luisa fue quien entró, es prácticamente indestructible, pudo soportar las llamas y sacar a las dos personas, Tobi salió detrás de ella. Su abuela por suerte sobrevivió porque su cuarto se encontraba más lejos de donde comenzó el fuego, pero para su padre ya fue muy tarde.

- Camilo. - Dijo mi padre acercándose a nosotros.

- Tus abuelos dejaron la casa de Puerto Mágico. No se sentían bien y tu tío Juan se los llevó a vivir con él. Deberían ir tu y Dominico.

- Papá, Dominico no aceptará y los niños son muy pequeños para ir a la playa.

- No me refiero a los niños, solo ustedes dos. Necesita cambiar de aires. - Dije yo. - Dominico ha estado yendo con más frecuencia a ver lo que queda de su casa. Llevarlo a un nuevo lugar lo puede ayudar a evitar la depresión.

- Intentaré hablar con él, pero no creo conseguir nada. - Dije yo. no serían completamente unas vacaciones.

*****

Bueno, mandé a los niños a dormir con Toñito. Quería tener un momento privado para hablar con Dominico. Si quiero convencerlo, tendré que usar algunas tácticas. Es por su bien, el tomarse un momento fuera de la casa lo ayudará a salir de su depresión. Si algo he aprendido, es que Dominico no puede negarme nada después de eso.

- Milo. ¿Sucede algo? - Dijo saliendo de la ducha. su rostro se ve bastante confundido. Se muy bien usando su pijama azul. Dominico, me ves sentado en la cama con ropa interior, esa camisa de seda y las medias y te haces tonto. Es obvio que sabes a que va la situación. - ¿Y los niños?

- Fueron a dormir con su tío Toñito, querían jugar durante la noche. Ven, te veo muy tenso. Te doy un masaje. - Dije a lo que Dominico se sienta en la orilla de la cama. Yo me coloco detrás suyo para hacer un masaje en sus hombros. Veo su cabello húmedo y su piel con el olor del jabón. - Nico, nunca tuvimos una luna de miel.

- Lo sé, todavía te debo una hermosa luna de miel. No hemos podido hacerla por los niños.

- Los niños ya están creciendo. ¿Qué tal si la tenemos ahora? - Digo yo a lo que me voltea a ver. Yo me siento sobre él quedando en ahorcadas sobre sus piernas. - Por favor, podemos ir unos días los dos solos a Puerto Mágico. Podemos pasar unos días solos en la playa.

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