Capítulo 8

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Narra Camilo

Bueno, ya tengo un mes de novio con Dominico y soy feliz. Rosa sigue rondando a mi novio, se siente bien decir eso, pero no me gusta que siempre se encuentre cerca, lo busque y finja ser mi amiga para estar cerca de Dom. En cuanto a mis deberes. Es mucho mas fácil cuidar niños con ayuda de Dominico, él me acompaña cuando tengo que ser niñero de noche o tengo que cuidar a Toñito. El lado negativo de tener un hermano que habla con los animales es que el perro nos hecho de cabeza con él. Ahora Toñito sabe que somos novios porque a Tobi se le ocurrió decir que somos sus padres. Bueno, Toñito no entendía que significa, así que despues de explicarle nos prometió que no le diría a mamá porque dijo que es algo mío y de Dominico. ¿Se puede tener un hermano mas dulce? 

En fin, Dominico a ido a casita un par de veces. Le agrada a mi madre porque es mi tutor, pero papá no ha convivido con él y si es celoso con Mariano porque teme que dañen a su hija, si supiera que él es mi novio lo perseguiría por todo el pueblo. Hoy tuve que cuidar un niño hasta tarde y no pude ver a Dominico, no me queda de otra que volver a casita. 

- ¡Ya volví! - Grito desde la entrada, pero escucho muchas risas de mi padre. Suena muy feliz, quizás uno de mis tíos vino de visita y está demasiado contento por eso. Hablando del rey de roma. Mi padre esta tranquilo en la cocina, riendo y platicando junto con Dominico. - ¿Dom?

- Eh, Milo hasta que al fin llegas. Tu amigo dijo que quedaron en estudiar hoy. Llego aquí hace un rato como perrito triste cuando le dije que no estabas. Bueno, el triste era el perrito. 

- ¿Trajiste a Tobi? 

- Toñito está jugando con él. - Dijo Dominico con una gran sonrisa. ¡El que tenia los ojos de perrito eras tú no me engañas! Eres como perro y no me refiero a que siempre me muerdes. - Tu padre me invitó a comer con ustedes y me estaba contando. 

- Mijo le andaba contando de mi pueblo, del bello puerto mágico. Uy no, si vieras. Tu amigo ha ido y sabe lo hermoso que está. - Genial. Ya entiendo porque mi padre está a risa y risa. Dominico se puso a hablar de su pueblo y ahora no dejara de hablar eso toda la noche. - Le digo que pescábamos los mejores pescados tu tío Mario y tu tío Juan. 

- Ya es mucho que no vienen. ¿Como han estado? - Pregunto yo escuchando hablar de mis tíos. Son las personas mas divertidas cuando venían al pueblo. Cuando estaban aquí siempre me la pasaba bromeando con ellos. Adoraban ver como me transformaba.

- Están bien. - Dice en voz baja. - Tu abuelita, ya no tanto. La edad le está afectando.

- ¿Por qué no va a verla señor Félix? 

- Quisiera ir a verla, pero no quiero dejar a mi familia. - Dice mi padre. - Lo que aprendí en la vida es que la familia es lo mas importante. Tengo hijos maravilles y una bella esposa. Ah mi pepita, esos ojos que se carga y su sonrisa tan bellos como el sol. Ellos son mis ojos y no los dejaría solos jamás. 

Mi padre dejo todo cuando se casó con mi madre. Su familia vive lejos como para venir aquí y si mi madre tiene un coraje o si se altera puede ser peligroso cerca del mar. Mi padre lo sabe y sacrifica el estar con su familia por estar aquí con nosotros. 

- ¿No quieres ir tu solo? - Pregunto yo viendo a mi padre.

- No mi niño. - Dice mi padre, se acerca a mí y da una caricia en mi cabeza. - Ustedes son mi familia. Creo que ya es noche. ¿Te quedas a dormir, Dominico?

- No quisiera molestarlos señor. 

- Tontearías, eres amigo de Milo, puedes quedarte aquí y dormir en su cuarto, nomas no se me duerman tan tarde. - Dice apuntándome con el dedo. 

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