Narra Camilo
Bueno, es sábado. Los chicos de la escuela se fueron mas temprano a la ciudad en el carro del padre de Rosa. Por el momento estoy en mi cuarto terminando de arreglarme. Tengo mucho sin ir a la ciudad así que me puse ropa la mejor ropa que tengo. Si voy a ir puedo conocer un par de chicas ahí quienes caigan con los encantos de Camilo Madrigal. Me puse un pantalón café oscuro, los zapatos que me dio Dom y una camisa amarilla, me subí las mangas y me dejé los dos botones de la camisa abierta para mostrar mi pecho. Me veo bien, soy todo un galán.
- Milo, Dominico está en la entrada. - Dijo Isabela entrando a mi cuarto. Ella me ve y yo doy una sonrisa. - Vaya, te arreglaste mucho para ir a ver a tu novio.
- Iré a la ciudad, tengo que verme muy bien Isa. - Digo haciendo un movimiento con los dedos y una gran sonrisa. - Espera, no es mi novio. Iré a conocer la ciudad.
- Lo que digas, pero es curioso que hayas salido de ese chal amarillo que siempre usas.
- Tengo que verme de lo mejor para ir a la ciudad. Me iré yendo, nos vemos en la noche. - Digo pasando a su lado, siento que todavía estoy sonriendo. Estoy muy feliz de finalmente conocer la ciudad o bueno conocer los lugares que he oído. Probar la comida que venden, ver todo lo que es la ciudad.
Al salir de casa encuentro a Dominico de pie delante del auto. Se encuentra recargado a la puerta del copiloto. Se ve muy bien, su cabello peinado hacia atrás como siempre, pero usando una camisa negra y unos jeans oscuros, sus zapatos negros. Dominico es muy apuesto. Creo que he estado unos segundos delante suyo viéndolo, pero es sorprendente, su pecho se ve muy grande, su piel se ve muy lisa.
- ¿Listo? - Dice viéndome con una pequeña sonrisa. El verlo sonreír me hizo sentir eso de nuevo. Me hizo sentir ese raro calor y el brinco en mi pecho. No creo que esto sea normal, pero me siento raro al verlo sonreír. Es una sonrisa pequeña, pero al ser tan raras me hacen sentir raro al verlas.
- Si. - Digo bajando la vista un segundo, no quiero verlo a los ojos.
Me siento tímido, el ver sus ojos ámbar me causa una rara sensación en mi pecho. Dominico se mueve y abre la puerta del copiloto, yo entro al carro y siento un gran olor a perfume. Estoy seguro que este es el olor de Dom. Un olor masculino la verdad. En el auto se acerca mucho a mí, esto me pone nervioso, si sigue tan cerca estoy seguro que puede escuchar mi corazón. Nuestras miradas se cruzan por segundos.
- Cinturón de seguridad. - Dijo mientras me colocaba esa correa para evitar accidentes. - A la ciudad.
- Si, vámonos. - Digo viendo hacia adelante. Es mejor irnos ahora, no quiero llegar en la noche para evitar un regaño de mamá.
*****
Me encanta haber llegado a la ciudad, desde que veníamos en carro no pude dejar de ver por la ventana como se sentía salir de Encanto y venir a la ciudad. La arquitectura antigua de los lugares combina lo clásico de los pueblos de alrededor junto con la belleza de la modernidad. No puedo evitar ver esto, es increíble estar aquí. Me gusta mucho haber venido a la ciudad y salir del pueblo, aquí no debo de transformarme porque la magia asustaría a las personas pero me siento increíble estando aquí. El viaje en silencio de mas de media hora valió la pena. Adoro ver todo esto. Sé que esta ciudad no es tan grande como otras, pero es hermosa.
- ¿Es primera ves que sales de Encanto?
- No, pero es la primera vez que vengo solo, siempre que vengo es con mis padres y no tengo la oportunidad de ver todo. - Digo despegando mi vista y viendo a Dom quien sigue manejando viendo hacia enfrente. Sabe manejar muy bien. - Dom, ¿desde cuando sabes manejar?
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Llega en Domingo
Fiksi PenggemarHan pasado ya dos años desde que casita quedó reconstruida. La vida de los miembros de la familia Madrigal se volvió mucho mas agradable, todos disfrutaban de tener a Bruno de regreso. La familia comenzaba a crecer y con esto llega el amor. Camilo M...