Capítulo 12

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Narra Dominico

Bueno, ha pasado un mes desde la ultima vez que estuve a solas con mi novio y ya no es igual. No me quedo a dormir en su casa, él tampoco en la mía, estudiamos muy poco tiempo juntos y siempre hay alguien ahora cuando estudiamos. No me deja abrazarlo casi porque se siente mal y quiere irse a dormir, en la cama no hacemos nada. Come muy bien todavía, no hay nada pueda detener su apetito. Aunque tiene antojos y me hace cargarlo porque se cansa rápido.

- Nico, Nico. - Dice Camilo muy cansado tirando de mi suéter. Su rostro, reconozco ese lindo puchero largo. - ¿Me cargas a casita?

- Súbete a mi espalda. - Tomo su bolso y de un brinco se sube a mi espalda para poder llevarlo cargando. La verdad siento que ha engordado, pero no se lo puedo decir.

El viaje de regreso es calmado, mi pequeño rayo de sol parece estar dormido. No hace mucho ruido mientras lo cargo y de hecho se siente muy cálido estar con él. 

- Nico, Nico. - Dice un par de veces golpeando mi espalda. - ¿Me compras eso?

Camilo está señalando unas bolsa de frituras grande, pero nunca antes había comido algo así. Mi sol se la vive comiendo, pero evita este tipo de comidas por ser tan chatarras. Doy una leve sonrisa mientras pido una bolsa y se la dan en mi espalda. Se  las come una tras otra, ni siquiera me ha ofrecido una.

- ¿Un antojo? - Pregunto a lo que me contesta con la boca llena de frituras. - Has tenido antojos curiosos últimamente. Ya es mas difícil cargarte. 

No me molesta, pero quiero molestarlo un poco. Siempre que hago no de estos comentarios se ríe o comenta algo gracioso, pero dejo caer la bolsa de frituras al suelo. Escucho como hace ruidos con su nariz.

- Me dijiste gordo. Te molesta que coma mucho. - ¿De verdad está llorando? Camilo empieza a moverse en mi espalda mucho. - Bájame. No te molestaré con cargarme.

A como pudo se bajo de mi y sale caminando a paso apresurado a casita.

- Camilo, Camilo, Milo. - Digo casi afuera de casita. Lo tomo de la muñeca y lo giro para ver esos ojos suyos llenos de lagrimas. No pensé que estuviese diciendo algo tan cruel como para que llorara. - Perdón, lo decía como un juego. Por favor, cálmate y hablemos Milo. 

- No, vete a casa Dominico. - Dice mientras estamos afuera de casita. Su madre sale rápido para ver que es todo este escandalo. Por inercia lo suelto del brazo para dejarlo ir. Su madre se ve tan molesta que el clima se oscurece rápidamente. Camilo entra rápido a casita ignorando a su madre quien me ve muy molesta.

- Es mejor que dejes a Camilo en paz. - Dijo para irse a casita. 

No sé que hacer, me siento muy mal por esto, pero todavía peor por estar aquí delante. Sé que mi novio tiene algo, no sé que suceda. Quiero entenderlo, pero no sé que le sucede a mi amado Camilo. 

***** 

Narra Narrador

Despues que Camilo entrase a su cuarto rápidamente Pepa se sintió muy preocupada por su hijo. El chico se encontraba acostado entre todos los cojines de la cama llorando. El clima se oscurece todavía mas por la preocupación de su madre. 

- Dolores, ¿que le sucede a tu hermano? - Pregunta la mujer angustiada  su hija. Ella lo escucha todo así que sabrá lo que le sucedió a su hijo.

- No lo sé. Escuche que discutieron respecto a una bolsa de frituras. Dominico le dijo que ha estado teniendo gusto por ellas y despues Camilo lloró por esto. No entiendo que sucede. 

- Gracias hija. - La mujer deja a su hija irse sola para quedarse unos momentos pensando que hacer. Dentro de su mente mil teorías surgen respecto lo que le hizo ese sujeto a su hijo. Su corazón se llena de preocupación en como será la vida de su hijo. Lo ha visto llorar mucho últimamente y con grandes cambios de alimentación. - Bruno. 

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