Una cena familiar y unas sinceras disculpas.

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Todos volvieron a la mansión y los que estaban más sucios y manchados se fueron a bañar, Marshall se curó correctamente la herida de su hombro y se cambió de ropa, afortunadamente no fue una herida profunda, pero probablemente vaya a dejar una cicatriz. Luego de un rato la cena ya estaba lista, cuando todos se sentaron en la mesa, Marshall logró divisar a sus padres hablando entre risas y susurros... Espera... ¿"Padres"? Se sorprendió a sí mismo con ese pensamiento, pero aún así sonrió al verlos a los dos juntos y felices. Hace mucho tiempo que no veía a Steven felíz junto a alguien, no desde que su ex-prometida lo engañó y se enteró que solo estaba con él por su dinero, eso fue un acontecimiento que marcó a todos hacía ya dos años. Eso hizo que el corazón de Steven se congelara, se volvió frío y distante, no hablaba con nadie y solo se encargaba de darles las órdenes para las misiones por medio de una televisión en la sala de asignación de misiones.
Los demás de la Brigada Canina lo vieron distraído y dirigieron sus miradas a donde sus ojos miraban fijamente y con brillos de alegría, los ojos de todos los demás también se iluminaron de sobre manera, todos tenían una sonrisa de alegría en sus rostros enserio estaban felices por su padre, estaba sonriendo de nuevo e incluso más radiante que con esa bruja que lo había lastimado tanto en un pasado no tan lejano.
Pasó media hora y todos aún seguían en la mesa, estaban hablando con entusiasmo y alegría, incluso Goro hablaba tranquilamente con Chase y hacían bromas, parecía que no les importaba olvidar sus discusiones por unos minutos contal de pasar un rato tranquilo. Marshall al ver esto se relajó, ya sabiendo que no iban a causar alboroto, sutilmente se levantó de la mesa y se dirigió al balcón alejado del comedor para tomar aire. Llenó sus pulmones de aire y luego lo expulsó completamente de su sistema, volvió a repetir una y otra vez esa acción, hasta que sintió pasos cerca suyo. Volteó la cabeza y vio a Rocky y a Chase, ambos lo miraban a los ojos y no pudo reconocer el sentimiento que ambos pares de ojos reflejaban, era similar a tristeza y arrepentimiento, aunque para él era obvio que había algo más en sus miradas, nada malo, solo algo más allá de lo que podía ver.

-Marshall...-. Empezó a hablar Rocky con la voz y la mirada decaídas.

-Necesitamos pedirte disculpas...-. Dijo Chase-. Sabemos que es difícil, después de todo te hicimos mucho daño siendo tú inocente... Pero quiero que sepas que desde hace mucho tiempo hemos querido disculparnos por la estupideces que cometimos-. Habló con lágrimas en los ojos.

Marshall los veía con tristeza, pena y algo de comprensión, después de todo, pasaron años desde lo sucedido. En los ojos de los dos cachorros se veía un gran y verdadero arrepentimiento, no como en Sky, ella realmente no estaba arrepentida, por eso no la perdonó.
El cachorro de manchas estaba por hablar pero vio sorprendido como ambos canes enfrente suyo se arrodillaban ante él.

-Marshall, puedes pedirnos cualquier cosa-. Habló Chase-. Te lo concederémos contal de merecernos tu perdón-.

-Marshall...-. Dijo Rocky.

-Nos tienes a tus pies-. Hablaron los dos al mismo tiempo.

Chase y Rocky vieron como las mejillas de Marshall se tornaban de un rojo brillante encima de su blanquecina piel, se veía tan tierno en ese momento que a los dos casi les gana el impulso de pararce y besarlo hasta quedarse sin aire. Pero algo pasó. Marshall cayó peligrosamente al piso, por poco y podría haber caído de cara, pero Chase y Rocky lo atraparon, no se les dificultó en absoluto, ya que ellos ya estaban en el piso.

-¡Marshall! ¿Qué pa-...-. Rocky estaba hablando pero se calló abruptamente.

-¿Qué pasa Rocky?-. Preguntó alterado Chase.

El pastor alemán dirigió rápidamente su mirada al punto del cual su compañero no despegaba su vista, sus ojos se abrieron enormemente, su miedo se transformó en terror y su desesperación creció de forma caótica.

Le dispararon a Marshall...
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Narra Marshall:

Estaba apunto de darles mi respuesta a los chicos, cuando sentí ése horrible dolor punzante tan conocido por mí, pero sin importar cuántas veces lo sienta, siempre dolerá como el infierno. Lo último que vi antes de desmayarme fueron unas manos que me sostuvieron con fuerza.
No sé donde estoy... Me duele la espalda y no me puedo mover... Trato con todo mi esfuerzo de abrir los ojos, pero no puedo, trato otra vez y por fín lo logré. Pero me arrepentí de hacerlo, al mis ojos ver directo a una luz cegadora que me hizo brotar lágrimas de dolor por el repentino cambio, en ese pequeño segundo que tuve los ojos abiertos logré ver una silueta irreconocible a mi lado.

-Marshall-. Escuchó la voz entusiasmada de...

































💜 Chicos, la historia está apunto de terminar. Pero tranquilos, después de todo esto era inevitable.
Les quiero aclarar que la persona que le está hablando a Marshall será la persona con quien él se quede, es decir, uno de sus pretendientes.💜

¿¡Marshall!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora