16. Incesante voz

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-¿Y bien? Cuéntame - escucho la demanda en su tono de voz.

-Pues nada, hemos salido y pues básicamente eso.

-No te creo, hay algo más.

-No Adrián, no hay "algo más", sólo estamos saliendo, el viernes tuvimos sexo, el domingo salimos por la ciudad, no hay más por contar.

Me ve entrecerrando los ojos, sabe que algo le estoy ocultando y no se rendirá hasta descubrir qué es, aunque por el momento me deja en paz y deja de lado el tema. La campana suena, nos despedimos rápidamente y cada quien se dirige a su respectiva clase.

El día pasa lento y aburrido, no se exactamente porque es pero está todo muy tranquilo, me agrada. De camino a casa me percato que fue un día tan relajado porque en ningún momento me han molestado, algo peculiar, no recibí insultos o empujones, ni siquiera las habituales miradas cargadas de desprecio, sinceramente no se si alegrarme o alarmarme por ello, es algo extraño.

Llego a casa y como es usual los lunes por la tarde, está vacía; mi madre suele salir a no se dónde y mi padre, como todos los días entre semana, llega hasta la noche. Subo a mi habitación, me deshago de la mochila, zapatos y ropa que llevo puesta para ponerme algo más cómodo y después de tomar los audífonos me tiro en la cama a escuchar música a todo volumen, cierro los ojos y sin darme cuenta me he quedado dormida.

Después de un descanso sin sueños despierto sumergida en la total oscuridad, la música sigue reproduciéndose aunque no reconozco que canción es la que martilla mis oídos, me siento en la cama y retiro los audífonos de mi cabeza. "Y aquí estás de nuevo, ridícula, torpe, desperdiciando tu vida de la peor manera existente, bien hecho Denisse, bien hecho..." Escucho que una voz suena en mi cabeza, esa voz que sabes que es tuya pero al final pareciera ser alguien más reprochándote algo, lo peor de todo es que, como sabes que tiene razón, te enoja.

-Ya cállate...- me digo en voz alta.

"Loca, no deberías hablar sola"

"-En verdad, cállate" Pienso para evitar articular tan extraña conversación unilateral.

"No, hasta que no pienses bien lo que estás haciendo no me iré, siempre aparezco cuando más me necesitas, con el tiempo me lo agradecerás... bueno, te agradecerás a ti misma"

"-Eres un dolor de cabeza. ¡Cállate!" Pienso dando así por terminada la conversación, al menos momentáneamente.

Bajo las escaleras lentamente, intentando no hacer ruido, pero al llegar abajo y doblar a la derecha para ir a la cocina me encuentro con la luz prendida y a mi madre sumergida en un libro aparentemente nuevo con una taza humeante a un lado.

-Buenas noches- digo a modo de saludo.

-Hola hija, pensé estabas dormida.

-Si, lo estaba, pero he dormido toda la tarde.

-Y se te ha quitado el sueño, ¿cierto?... Ven tómate un té conmigo.

Se ve tranquila, eso me agrada pues los últimos meses la he visto muy ajetreada con el trabajo. Me sonríe cálida al tiempo que coloca una humeante taza frente a mi, la tomo con cuidado y le devuelvo la sonrisa.

-Nunca hemos tenido una relación muy cerca, lo entiendo, pero quiero que sepas que si necesitas un consejo, una ayuda o solo desahogarte sin que nadie te diga nada estoy para ti hija.

Le sonrío tímidamente y asiento suavemente al tiempo que doy unos pequeños sorbos a mi taza; ella continúa su lectura y me deja estar sola con mis pensamientos.

"Deberías aceptar su ofrecimiento, ¿sabes? Te vendría bien, tal vez solo para variar"

"¿Y qué se supone que le diré? ¿Qué sigo destrozada a pesar del tiempo transcurrido? ¿Qué a cada momento siento mi corazón quebrarse? ¿Qué tengo un cuaderno que nunca le entregué, un cuaderno con detalles y grandes sueños, un cuaderno con palabras de amor y consuelo, un cuaderno que contiene recuerdos más que tinta, un cuaderno de ella y yo, un cuaderno que se perdió al soñar en un futuro? No, no puedo decirle eso a mi madre"

-Todo se arreglará, cariño- me dice tomándome por sorpresa justo antes de retirarse a dormir- no tardes, intenta seguir durmiendo. Los sueños son el mejor escape al dolor del alma.

Después de terminar mi té, subo pesadamente a mi habitación arrastrando los pies, siento que llevo a rastras una pesada carga.

La noche tan silenciosa hace que pueda escuchar con plena claridad los latidos de mi corazón, mi respiración y, desafortunadamente, mis pensamientos.

"Estás sola, ¿te has dado cuenta?"

"No, no lo estoy, tengo a mis padres y a Adrián... y ahora también a Allison"

" ¡Ah claro! Claro que los tienes, pero te alejas y terminas sola"

"Mentira"

"Lo niegas porque sabes que es cierto..."

Suspiro profundamente y me giro en la cama intentando ignorar mis propios pensamientos, intentando ignorar tan incómoda charla mental.

Ciertamente tengo a quién acercarme, pero siempre termino sola, llorando en un rincón, encerrada en mi propio mundo.

El celular suena y la pantalla se ilumina anunciando el mensaje entrante de Allison.

11:47 Ya quiero verte, buenas noches preciosa.

Me quedo viendo la pantalla fijamente y decido no contestar a pesar de que algo revolotea en mi estómago; tan linda siempre y yo un ovillo de problemas, mientras mas tiren del hilo más nudos y problemas se encuentran, siento que tal vez debería alejarme de ella para no causarle problemas y entonces la escucho.

"¿Ves? Siempre sales con lo mismo, alejando a quienes te quieren o a quienes intentan acercarse..."

Me quedo en silencio sin decirme nada, cierro los ojos intentando contener las lágrimas que bajan por mis mejillas, gotas cargadas de dolor, resentimiento, soledad y arrepentimiento.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2015 ⏰

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