Sus palabras atravesaron mis sentidos, se estrellaron contra el vidrio de mi frágil corazón dejándolo hecho añicos; cada una de sus explicaciones llegaron a mi cerebro y prendieron fuego. A veces la reacciones humanas son variadas a tal grado que pareciera que son infinitas, y por lo tanto, imposibles de explicar.
Allison me observaba ansiosa, esperando un ataque de nervios, un desmayo, que entrara en un estado suicida; pero nada de eso sucedió, dentro de mi la vida se me escapaba, dentro de mi, sentía cada uno de mis órganos intentar dejar de funcionar, cada parte de mi corazón iniciaba una combustión espontánea.
Doble las hojas y las regrese al sobre, el cual guardé en la mesa de noche más próxima. Para esos momentos las lágrimas ya caían implacables por mi rostro, lágrimas silenciosas, llenas de un ácido extremadamente corrosivo que parecía emanar de mi destrozado corazón.
-No llores... - escuche que me decía una voz sin fuerzas, un simple murmullo- ...por favor, no llores...
Me abrazó y ahí, entre la calidez y la protección de su cuerpo lloré. Me decía palabras de consuelo al oído mientras en mi mente se iba apagando la luz. Lloré hasta que me quedé dormida protegida por los brazos de Allison.
En algún punto del sueño me perdí al cruzar esa delgada línea donde la realidad y la fantasía se convierten en un sólo camino, donde todo converge y al final está la nada. Recuerdo que en mi sueño había una pequeña luz que se iba convirtiendo en un resplandor cada vez más fuerte, al grado de ser un fulgor tal que lastimaba la vista. En algún punto de mi sueño me percate de que esta luz no era más que la luz proveniente del exterior, la luz del nuevo día, un día que para mi parecía no tener importancia. Giré sobre mi misma y esto causo un sonido de reproche a mi lado, sobresaltada brinque al volverme consciente del cuerpo a mi lado. Me observaba adormilada, con los ojos entrecerrados a causa de la inclemente luz.
-Buenos días...
-Buenos días... disculpa, te he despertado.
-No tienes porque disculparte, está bien... ¿Cómo dormiste? ¿Estás bien?
Después de observarla unos instantes mientras ella estaba ahí, inmóvil, atenta, recién levantada y aún así tan guapa; mi cerebro y mi ritmo cardíaco se sincronizaron y volvieron a la normalidad. Me recosté escondiéndome bajo su cuello.
-Si, eso creo... ¿Tu? - respondí finalmente.
-Bien, después de que te dormiste dude si irme o no, pero te veías tan frágil que decidí quedarme.
-Gracias... - eso fue todo lo que alcance a decir, por respuesta recibí un asentimiento leve y rápido, casi imperceptible.
-¿Te parece si salimos un rato?- dijo después de un momento de silencio- Para que te distraigas, para... No se... Lo que sea...
Levanté el rostro para observarla, tenía la duda marcada, la observé y ella me devolvió la mirada. Esos ojos increíblemente hermosos era lo único que me distraía en esos momentos, preferiría no moverme de aquí, pero al final se que no podemos congelarnos aquí, ser estatuas vivas.
-Si... De acuerdo...
Media hora después estábamos caminando sin un rumbo fijo por las tranquilas calles que un domingo cualquiera podría ofrecer. Mis pensamientos bloqueaban mis sentidos, el dolor se esparcía lentamente y ella lo notaba. Nos detuvimos en la parada del autobús a esperar en silencio. Seguía sumergida en mis pensamientos cuando sentí una mano tomando la mía con seguridad y fuerza; como por inercia dirigí la mirada ahí donde sentía la mano extranjera, recorrí su piel con la vista y al levantarla por completo me topé con su ojos verdes y una tímida sonrisa en sus labios rojos.
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Rebecca PDV
Hace un mes.-Necesito que hagas esto por mi.
-Pero eso significaría un dolor mayor para ella, es decir, ¿qué si esto se sale de mis manos?
-Pues ya sabrás arreglarlo. Te lo ruego, necesito de tu ayuda, no hay nadie más que pueda hacer esto, no puedo pedírselo a alguien más, tú eres la persona indicada.
-Rebecca, no puedo creer que me estés pidiendo semejante cosa, entregar estas cartas anónimamente sólo la lastimará, no sabrá que ocurre, no entenderá nada de esto.
-Si no te conoce no hay problema, ese es el punto.
Se nota que claramente quiere decir que no, pero algo la detiene, duda, se debate, niega, acepta y el ciclo vuelve a iniciar. Se levanta de la silla de escritorio y camina por mi habitación tomándose la cabeza con una mano y colocando la otra en su cintura; camina de aquí para allá, de vez en vez lanza una rápida mirada en mi dirección. Después de algunos minutos así, se para en seco, me mira derrotada y deja caer su brazos a los lados.
-Bien... lo haré, pero sigo sin entender que quieres lograr con esto, espero no te equivoques Rebecca.
-No tienes por qué preocuparte, la conozco y he previsto toda clase de reacciones y probabilidades. Todo estará bien.
Sonrío triunfante y ella solo suspira derrotada, toma las cartas del escritorio y camina hasta llegar a mi lado; toma mi mano con dulzura, esa que siempre la ha caracterizado.
-Solo porque eres mi mejor amiga...
-Pronto estaré en un lugar mejor y desconocido, quiero que sepa y entienda mis ultimas razones...
-Lo entiendo, lo entiendo... - su voz se apaga y se que esto le duele más que a mi misma - debo irme, mañana regreso, asegúrate de seguir aquí... - deposita un beso en mi frente y camina pesadamente hacia la puerta no sin antes intentar brindarme una sonrisa
-Haré lo que pueda, ya sabes, se supone mañana es el día... Por cierto - ella se detiene en la puerta y me observa de reojo - no leas tu primer carta hasta después de que me muera, la última léela cuando le entregues la carta número 6, recuérdalo... y... gracias.
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Hola mis lectores amados!!! Disculpen la larga espera, ojalá este capitulo sea de su agrado. Les mando un beso, un abrazo. Espero comenten voten y me digan lo que piensan
Con cariño Idaid
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Labios carmesí (lesb)
RomanceLa sociedad es dura y cerrada por lo que aceptar a alguien como Denisse es algo imposible, su vida es un infierno, con el corazón roto por el abandono de su primer amor, Denisse se siente perdida hasta que conoce a la hermosa Allison, sin embargo na...