12. La tercera

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La cabeza me daba vueltas y sentía un dolor punzante en la frente; después de avisarle a mi madre que Allison vendría y que me interrogara de manera compulsiva acerca de ella, me quede acostada y tapada hasta las orejas, no quería moverme.

-Te ves tan tierna a punto de morir...

-¡¿En que momento entraste?!- le pregunté sobresaltada pues su voz me despertó de súbito.

-Llevo aquí como 5 minutos, en verdad que eres una monada mientras duermes.

-Me das miedo.

Su sonrisa es cálida y tranquila, en una respuesta involuntaria le sonrío de vuelta y ella se inclina para plantarme un beso fugaz en los labios.

-Sólo pasaba a entregarte esto, creo que ayer no te diste cuenta que dejaste una deslumbrante motocicleta afuera de mi casa.

-Oh... Gracias... Ya decía yo que algo me hacia falta.

-Quizá si no la hubieras olvidado y hubieras usado el casco no tendrías ese golpe en la frente... ¿Qué te paso exactamente?

-Pues... Me desmaye y supongo que paré mi caída con la cabeza.

-Que lista resultaste...

-Si... Gracias por el cumplido.

-Cuando quieras. En fin, ¿por qué te desmayaste?

-Recibí una fuerte... Emoción...

-Ya veo, ¿qué lo causo?

-Haces muchas preguntas, ¿lo sabías?

-Ya me lo habían mencionado alguna vez - su linda sonrisa me hace sentir "mariposas" en el estómago, pareciera que su interés es genuino pues aguarda pacientemente a que le explique lo ocurrido.

-Es una larga historia- contesto intentando escapar por la tangente.

-Tengo tiempo... Vamos, no puede ser tan malo.

Suspiro rendida y me paso alrededor de quince minutos explicando con detalles mis últimos dos meses y medio. Ella me observa tranquila, escuchando cada una de mis palabras, no interrumpe, sólo escucha, cuando término la historia me abraza y me planta un delicado beso en mi frente intentando no lastimarme.

-No pasa nada, no estas sola, el primer gran amor siempre es el que más duele, su muerte era algo inesperado, pero a final de cuentas no puedes hacer nada al respecto, eso ya es pasado. No estas sola muñeca, yo estoy aquí.

-Gracias, lo aprecio... - contesto algo ruborizada, no suelo ser muy expresiva en cuanto a mis sentimientos y emociones por lo que me apena decirlo en voz alta.

-Debo irme, mejorate y la próxima vez que decidas parar una caída con la cabeza al menos usa casco.

-Lo tendré en cuenta.

Su mirada es profunda, penetrante; lentamente desliza su mano por mi costado al tiempo que se coloca sobre mi, siento como mi respiración se corta de golpe al tiempo que ella me besa de una manera muy sensual, terminado el beso se levanta y antes de salir de la habitación voltea indecisa.

-Por cierto... Sobre la motocicleta había... Una carta... Es para ti... ¿Estas bien?

De repente sentí como mi pulso se detenía y el aire se negaba a llegar a mis pulmones, la habitación empezó a dar vueltas y de repente me encontraba en brazos de Allison que me veía preocupada. Me concentré en sus ojos logrando así que mi pulso y respiración regresarán a la normalidad.

-Estás pálida, debería avisar a tu madre que...

-!No! No le digas nada... Sólo... Quédate un poco más... Hasta que la habitación ya no gire.

Allison río suavemente, se acomodo a mi lado dejando que me recargara en su hombro mientras me sobaba la espalda.

-¿La leerás?

-Yo... No lo se.

-¿Quieres que la lea por ti?

-No, está bien, sólo quiero recuperarme un poco... La leeré mañana.

-Puedo quedarme a dormir si quieres, y si no hay problema con tus padres.

-¿Lo harías?

-Claro que si muñeca.

Me abrazo más fuerte, levanté la mirada y nuestros labios se encontraron de nuevo.

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Hola otra vez mis queridos lectores, ¿que les parece? La pobre Denisse terminara por tener un paro cardíaco si sigue así hahaha
Díganme ¿prefieren capítulos cortos y continuos o largos y espaciados?
Con cariño: Idaid

Labios carmesí (lesb)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora