Los días pasan lentos, pasan sin sentido; todo sigue tan igual alrededor, pero se que es diferente pues tengo un gran hoyo en el corazón. Sigo siendo la machorra a pesar de que mi forma de vestir es como la de cualquier otra chica, ese apodo seguirá conmigo hasta que termine la preparatoria, aunque podría seguir aún en la universidad, eso lo se; me llaman así sólo porque no me gustan los hombres, ¿que tiene de malo?, no me gustan, punto, no hay nada que discutir en el tema, me gustan las mujeres pero no por eso estaré acosando a mis compañeras, pero al parecer eso a ellos no les importa; hay quienes dicen que las palabras lastiman más que los golpes, pero cuando vienen juntos créanme que es peor; mis padres ya se han acostumbrado a verme llegar a casa con sangre saliendo de la nariz o de la boca, con el ojo morado, o con moretones en la espalda y estómago, ya no van con el director pues se dieron cuenta que cuando hacían eso las golpizas que me ponían eran peores, me han dicho que me cambiarían de escuela si era necesario, yo les digo que no se desgasten en ello, pues donde esté, mientras vivamos en este país retrógrada, siempre llegare a casa con algún golpe, por simple e "inofensivo" que sea, no vale la pena que desperdicien su dinero de escuela en escuela, es el último año, todavía logro aguantar unos meses más.
Estoy sola fumándome un cigarrillo sentada en la acera, lo más alejada posible para que no me molesten, es un día cualquiera de esos que solía tener antes de conocer a Rebecca, mi bella Rebecca; ahora que se ha ido, que me ha dejado con el corazón hecho pedazos, intento acostumbrarme de nuevo a la soledad, al silencio. A veces me acompaña Adrián, es un buen amigo y me entiende pues es gay, pero usualmente se queda cerca de la dirección para evitarse problemas junto con los otros de nuestra especie. Estos días no lo he visto más que de pasada, pero estoy bien, tener compañía me haría sentir incomoda pues no sería la de Rebecca.
La conocí hace un año exactamente, yo estaba justamente aquí, sola mientras me fumaba un cigarrillo cuando se acerco y me pidió uno, se sentó a mi lado y desde ese momento no logre ver a otra dirección, ella era perfecta, la cosa más hermosa que había visto en mi vida. Su blanca sonrisa la reservaba para mi, su melodiosa voz la reservaba para mi, todo era para mi; yo era feliz, lo fui durante ese año, y hoy estoy aquí, llorando, con el tercer cigarro en la mano, escucho la campana a lo lejos y empiezo a caminar sin prisa, no quiero llegar, quiero largarme de aquí pero no puedo bajar mis notas. A cada paso que doy mi corazón se va quedando todavía más vacío, señal de que esta noche, la soledad caerá con todo su terrible peso a envolverme con sus gélidos brazos.
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Labios carmesí (lesb)
RomanceLa sociedad es dura y cerrada por lo que aceptar a alguien como Denisse es algo imposible, su vida es un infierno, con el corazón roto por el abandono de su primer amor, Denisse se siente perdida hasta que conoce a la hermosa Allison, sin embargo na...