Taehyung, Jimin y Seokjin han sido amigos inseparables desde la secundaria. Hoy, a sus 35 años, son tres hombres desilusionados, atrapados en vidas desastrosas e infelices. La noche en que están a punto de cometer el mayor error de sus vidas, ocurre...
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Jungkook sostuvo la cintura de Taehyung y lo besó intensamente mientras le abría un poco más las piernas. Puso la mano sobre el pecho de Taehyung y lo inclinó un poco hacia atrás para meter las dos manos por debajo de su camiseta, hasta llegar a su ropa interior. La tomó entre sus manos y la haló tan fuerte que la rasgó por la mitad. La aventó al suelo y se acercó a besar y morder sus labios.
—¿Qué haces? —se alejó. —Era mi favorita.
—Te compraré una más bonita —volvió a besarlo —.
—Eres un maldito loco. Eres como un conejo inocente en el día a día, pero cuándo estás en la cama te vuelves una fiera salvaje... —dijo con la respiración agitada —.
—Tú eres lo mismo, pero al contrario...eres una masita cuando estamos en la cama.
Taehyung sonrió y le bajó el pantalón. Regó el líquido preseminal de Jungkook alrededor de su miembro y levantó las piernas para introducirlo en su entrada. Jungkook lo sostuvo por la cadera, y de una estocada lo metió completamente haciendo que Taehyung soltara un fuerte gemido.
—Hyung, me vuelve loco lo estrecho que eres...—jadeó —.
Jungkook empezó a sacar de espacio su miembro, y después a meterlo con fuerza mientras jadeaba acelerado.
Taehyung pasó sus manos por la espalda de Jungkook, y subió las piernas para facilitar las embestidas. Era penetrado por él, una y otra vez, y al mismo tiempo recibía intensos besos.
Jungkook metió el brazo por debajo de una de las piernas de Taehyung, y la levantó para embestirlo con más fuerza.
«¡Ahg!» Gimió Taehyung. Jungkook sacó su miembro, y lo levantó para darle la vuelta y ponerlo de espaldas. Le inclinó el cuerpo sobre el mesón y le abrió las piernas. Puso el miembro en su entrada, nuevamente, y lo metió hasta el fondo. Mientras lo hacía, no podía dejar de apreciar su delicada cintura, y su increíble cadera.
—Hyung, eres tan hermoso. Tu cuerpo es como una escultura perfecta.
Puso sus manos sobre el trasero de Taehyung y lo separó un poco para mirar como su miembro entraba y salía. «¡Oh Dios!» jadeó mientras inclinaba su cabeza hacia atrás, y al mismo tiempo aceleraba las embestidas.
—¡Joder! Como me gustan los hombres mayores...
Taehyung sonrió, y comenzó a gemir sin parar mientras se encontraba recostado sobre el mesón, casi sin fuerzas. Subió una pierna sobre el mesón y dejó que Jungkook lo penetrara con fuerza. Gemía desesperado al sentir como el miembro tocaba lo más profundo de su cuerpo.
