20. ❤ Los borrachos nunca mienten ❤

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PRESENTE

Tecleo rápido en mi ordenador, deseando acabar por fin el puñetero trabajo que tengo que entregar la semana que viene. Ya no sé ni lo que escribo. Me bailan las letras y mis dedos se traban de tanto usarles. Acomodo mis gafas en mi nariz al notar que se me están resbalando por esta. Odio eso, pero por mucho que las ajuste, siempre se me bajan. No sé por qué, porque son mi talla pero parece ser que cuando mi cabeza tiene que funcionar y pensar se encoje con tanto uso y las gafas no se amoldan bien a esta.

Estoy tranquilamente en mi casita, tumbada en el sofá y con el portátil sobre mis piernas. Tengo la tele puesta, pero no me estoy enterando de nada. Solo la tengo para que haya algo de ruido. El silencio me gusta, pero llega cierto momento en el que me acojona un poco y si puedo trabajar con sonido de fondo, mejor. Mi móvil suena encima de la mesa y, a diferencia de las otras tres veces que ha sondado, ahora sí se lo cojo.

- Hola, mi niño - saludo a Jack nada más responder su llamada telefónica.

- Ya era hora. Pensaba que te había pasado algo.

- No. Solo te estaba ignorando.

- Vaya, eres un amor.

- Estaba haciendo un trabajo de clase y no quería que nada me entretuviera.

- Vale, te lo paso.

- Gracias, hombre. Ya puedo respirar tranquila sabiendo que me lo pasas - oigo su risa - ¿Qué quieres?

- Quiero ir a casa contigo - le oigo emitir un suspiro cansado - Te juro que en este tipo de trabajos me siento como un pedazo de carne. Las mujeres os pasáis de directas.

- ¿Mucha adolescente hormonada?

- Y madres.

- Es que estás muy bueno, mi amor.

- Sí, pues no veas lo que me estoy aguantando para no mandarlas a la mierda.

- Es lo que tiene trabajar de cara al público.

- Igual ayuda que mi chica venga aquí y me bese delante de todas.

- Dilas que no estás disponible.

- ¿Crees que no lo he hecho? Pero eso parece que las pone más.

- Jack, agradecería que no me contaras eso porque mi tolerancia a los celos tiene un límite y me estoy controlando las ganas de ordenarte que dejes de trabajar ahí.

- Vale, perdona - suelto aire, aliviada de que no continúe con ese tema de conversación - Aun así podrías hacerme una visita, que tengo ganas de verte.

- Me encantaría, pero tengo que acabar el trabajo porque hoy es la fecha límite de envío.

- Y, ¿qué has hecho durante toda la tarde?

- El trabajo, pero... Es que muy largo.

- Estoy replanteándome volver a poner ese anuncio en Facebook para denunciar al creador de Wattpad - dice descubriendo mi mentira. Joder, me las descubre hasta por llamada, esto tendría que ser ilegal.

- Jo, es que no sé con quién ha acabado Jude. Y he tenido que volver a leer toda la novela para ver si hay alguna pista.

- La madre que te parió - escucho su risa.

- En cuanto pueda voy a la librería y les demuestro a todas las zorras que te quieren follar que yo soy la única que puede hacerlo.

- Más te vale - sonrío por sus palabras.

- Sigue trabajando, que no te queda nada para acabar.

- No me queda de otra.

- Te quiero.

❤ TU + YO = NOSOTROS ❤ #3.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora