𝘁𝘄𝗲𝗻𝘁𝘆 𝘁𝘄𝗼 | 𝗮 𝗿𝗮𝗻𝗱𝗼𝗺 𝘁𝗵𝗲𝗿𝗮𝗽𝘆 𝘀𝗲𝘀𝘀𝗶𝗼𝗻.

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CAPÍTULO VEINTIDÓS;UNA SESIÓN DE TERAPIA RANDOM

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CAPÍTULO VEINTIDÓS;
UNA SESIÓN DE TERAPIA RANDOM.

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ERES UN IDIOTA.

—No hay nada mejor que estas dulces bienvenidas.

James Barnes le sonrió con sarcasmo a Artemis Jones apenas la vio esperándolo en una esquina de la sala de espera al que lo habían llevando luego del arresto en Baltimor.

Artemis se cruzó de brazos, indignada.

—¿Por qué no me dijiste que tenías que venir a terapia?, –murmuró, frunciendo el ceño molesta. Bucky suspiró.

—Lo olvidé, –se encogió de hombros, tratando de aliviar la situación, pero por la reprocha expresión de la castaña, supo que tenía que decir algo más, —Lo siento, ¿okey? Debí decírtelo antes de ir con ustedes.

—Está bien, al menos no pasó nada más. ¿Qué hiciste para que te dejaran salir?

—No lo sé. Alguien habló con los superiores. ¿No fuiste tú?

—No, Sam y yo llegamos hace unos minutos.

—Disculpe Sr. Barnes, –un oficial los interrumpió de repente, logrando llamar la atención de ambos, —Necesito que firme unos documentos antes de salir.

Bucky asintió y comenzó a seguirlo a la recepción a unos metros de ellos, al igual que Artemis, quien decidió acompañarlo. Sam por otro lado estaba hablando con la Dra. Raynor, quien se hizo presente justo después de que el pelinegro salió de las oficinas acompañado de varios oficiales.

—Sam, ¿cómo estás?, he oído mucho de ti, –le saludó la mujer ofreciendo su mano hacia él, quien enseguida la estrechó amistoso, —Soy la Dra. Raynor, la terapeuta de James.

—Muchas gracias por ayudarnos con esto.

—Esa no fui yo, –negó confundida.

—¡Christina!, –la llamó una voz masculina, captando la atención de la mencionada y de Sam, al igual que la de Bucky y Artemis. Cuando la oji-miel se volteó y observó de quién se trataba, su rostro se llenó de frustración y dejó caer su cabeza sobre la mesa en la que estaba apoyada.

—Tiene que estar bromeando, ¿lo conoce?, –preguntó Sam incrédulo, mirando a la doctora.

—Sí, hicimos operaciones de campo juntos.

—Escuché que trabajabas con Bucky y quise intervenir, –dijo John Walker sonriente caminando hacia ellos, —Bucky ya no seguirá un horario estricto.

—Aún no terminamos, ¿quién lo autorizó?

John sonrió levemente, señalándose a sí mismo.

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