𝐁ucky barnes | ❝dos corazones de cristal que se necesitan el uno al otro❞
donde artemis y bucky tienen una amistad caótica que los destinará a estar juntos, pero ninguno se da cuenta de ello hasta que comienzan a vivir en la misma casa.
ó
donde a...
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CAPÍTULO VEINTISÉIS; FUERA DE CONTROL.
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CUANDO POR FIN LOGRARON ESCAPAR DE MADRIPOOR, el trío de Vengadores junto al Barón Helmut Zemo volvieron a aquel avión lujoso que los había traído allí para emprender vuelo finalmente hacia otro lugar.
Sam estaba haciendo una llamada algo apartado del grupo, trataba de conseguir alguna información sobre Donya Madani. Zemo por otro lado hablaba su su mayordomo sobre la comida que quería para sus invitados. Artemis mientras tanto se deleitaba con el dulce sabor de sus donas favoritas, quien gracias al Barón se detuvieron a comprar algo de comer en su regreso al aeropuerto, mientras que Bucky, intentaba limpiar la sangre que había manchado su mano de metal debido a las constantes peleas.
Artemis cuando notó lo que él hacía, dejó la dona de chispas de colores a un lado y se sentó junto al ex soldado, llamando su atención al instante.
—Dame eso, te ayudo, –le dijo, haciéndo que él la mirase confundido. La castaña le quitó el pañuelo blanco, y comenzó a limpiar su mano con cuidado.
—Gracias, –respondió con timidez, mirándola fijamente por unos segundos —¿Estás bien?, –soltó de repente. Ella asintió.
—Sí, todo bien. Más bien debería preguntartelo yo a ti, –lo miró de reojo, sin dejar de limpiar su mano.
—Sí, como te lo dije; todo iba a salir bien y salió bien.
—Claro, sin mencionar de que trataron de matarnos dos veces, encontramos a Sharon siendo fugitiva y que además me gané 200 dolares haciendo trampa, –le sonrió con ironía.
—Nadie te mandó a hacer trampa en el juego de póker, –mencionó divertido. Ella rodó los ojos.
—Agradece que ahora tenemos 200 dólares de ahorro.
—¿"Tenemos"?, –repitió frunciendo el ceño, —No, son tuyos.
—Sabes que me los gastaré en cualquier estupidez, –reconoció divertida, —Siendo específica en algún disco musical de Harry Styles o Arctic Monkeys que no necesito, así que, es de ambos, y los gastaremos en algo que sí necesitemos.
—¿Como en la llave del baño que rompiste el otro día?
—¿Querrás decir la llave del baño que rompiste en tú intento fallido de fontanero que solo provocó que nos quedáramos sin agua casi por cinco días?, –habló alzando ambas cejas incrédula, y lo miró esperando por una respuesta. Bucky rodó los ojos y bufó.
—Nunca lo superarás ¿cierto?
—Claro que no, James, –dio énfasis en aquel nombre, mientras se hacía la desentendida para limpiar su mano de metal.
