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╔══✩══╡˚✧延芬✧˚╞══✩═══╗

Yuri había salido corriendo como una cobarde.

Ignoró el grito de sorpresa de Yujin, abriéndose paso entre todos los estudiantes que soltaron quejidos debido a los empujes, pero a Yuri no podía importarle menos en ese instante, no cuando una sensación extraña en su cuerpo, en su mente, le pedía huir lo más pronto de ese lugar antes de seguir escuchando esa sarta de estupideces.

Sólo cuando un punzante dolor en su costado izquierdo la hizo soltar un jadeo de dolor fue que se detuvo, apoyando su espalda en la pared, sudor bajando por su rostro, y sacudió su cabeza, reprochándose por haber reaccionado de esa forma, pero no había podido evitarlo porque...

Porque..

Yujin tuvo que haberla confundido de persona. Sí, esa era la única excusa posible para sus palabras sin sentido. Se estaba confundiendo de persona. Porque no era posible que ella... que... Sus padres...

No, sus padres eran Chou Tzuyu y Chou Taehyung, así como su hermano era Chou Yeongsan. No había nadie más en su familia, ninguna Sana, y definitivamente esa tal Sana no era su madre porque... porque...

Porque sus padres no podían mentirle de esa manera

Pero de todas formas...

No, Yujin estaba equivocada, estaba hablando estupideces. Bueno, pudieron haberse conocido de cuando eran pequeños, ¡pero la alfa había dicho que ella tenía sólo dos y cinco años respectivamente! Ciertas cosas pudieron confundírsele, nada más, porque era la única forma de explicar toda esa situación.

Sí, tal vez Yujin no recordaba bien ese tiempo, porque desde que Yuri tenía memoria, su mamá había estado a su lado, criándole con cariño y amor.

Desde que recordaba, su madre la había acompañado a todas partes y se preocupaba de que nada le faltara.

Era sólo una confusión.

Con ese pensamiento, prosiguió su camino a casa, sintiendo su estómago apretado durante todo el camino hasta que entró y se encontró con su madre en el comedor

Yuri miró el perfil duro de Chou Tzuyu, su rostro serio, su cabello castaño, sus ojos rasgados, y tragó saliva cuando la mayor le miró con una ceja enarcada. Su madre era una alfa pura, y de alguna forma, eso siempre terminaba por intimidarla. Claro, hasta que hablaba.

—Yuri —saludó con un movimiento de cabeza, su voz suave y cariñosa—, ¿cómo te fue en el colegio?

Sus labios estaban secos, así que los humedeció, titubeante.

—Bien —contestó mirando hacia las escaleras— ¿Yeongsan ya llegó?

—Sí—Tzuyu miró la televisión haciendo una mueca de irritación—, quería jugar con sus cochecitos.

—Oh —Yuri miró su mochila, todavía balbuceante—. ¿No fuiste a trabajar hoy?

Pudo notar otra vez esa mueca de fastidio, pero fingió no verla porque sabía que a su padre no le gustaba la vida que llevaba.

No le gustaba su esposo.

No le gustaba su trabajo.

No le gustaban sus padres.

Lo único que parecía hacerla sonreír eran ella y Yeongsan, nada más.

—No me siento bien, pero Taehyung hará un buen trabajo —contestó con cierto tono irónico.

Porque, en el fondo, Taehyung lleva las riendas de la empresa, ella es sólo una imagen, parecían decir las palabras de Tzuyu.

Yuri omitió el hecho de que había escuchado la pelea de sus padres la noche anterior y que ella había llegado borracha porque sabía, en el fondo, que su madre no se justificaría ni mentiría sobre lo ocurrido.

𝐘𝐔𝐀𝐍𝐅𝐄𝐍  |「𝐒𝐀𝐓𝐙𝐔」 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora