Parte 4 No digas nada

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Este último mes no ha tenido nada de diferente, en el trabajo es lo de siempre, conseguir nuevos artistas que se unan a la agencia al mismo tiempo que le conseguimos trabajo a esos artistas para que valga la pena estar con nosotros, hay que hacer carpetas, presentaciones, negociaciones y contratos que Hoseok y yo llevábamos sin falla tal vez lo único diferente fueron los días de descanso que nos dieron por la Navidad y el ánimo festivo que abunda en la calle que apenas alcanza para quitarme el mal humor por el frío. Odette, José Armando y yo la pasamos en casa celebrando como si estuviéramos en T/P porque si bien llevamos ya varios años viviendo aquí en Corea lo latinos no lo podemos perder, corre por nuestras venas. Hoy regreso a la oficina después de casi dos semanas de descanso, como siempre Hoseok me lleva el desayuno a la oficina, (ése hombre es un amor, no lo puedo negar). Como es inicio de año todo está muy tranquilo, en realidad para nosotros la temporada fuerte es en el segundo semestre del año, a lo largo de este mes los encuentros con el nuevo inversionista han sido casi nulos, en realidad pocas veces coincidimos en los pasillos de la oficina, eso sin mencionar que como toda workaholic la paso el 90% del tiempo en mi oficina y el único que me visita es Hoseok, quién por cierto me dijo que hoy teníamos una reunión especial con uno de nuestros artistas con quién estamos en negociaciones para que se integre a la agencia por lo que iríamos a cenar con él en un restaurante muy conocido de la ciudad.

HS- Toc-toc ¿Nos vamos?

T/N- Sí ya estoy lista, sólo estoy terminando de guardar mis cosas porque sé que ya no regresaremos hoy a la oficina, si quieres adelántate y te veo en la salida del estacionamiento, me apuro.

HS- Está bien allá te veo.

Terminé de guardar mis cosas y salí corriendo mientras mandaba un mensaje a los niños "Hoy llego tarde, duerman tranquilos, mamá los ama". Llegué al estacionamiento justo a tiempo para subir al auto de Hoseok, el camino fue sin contratiempos llegamos puntuales para esperar al Sr. Park Jimin un joven escultor con una carrera prometedora, íbamos a firmar contrato con él por los próximos 2 años y ya teníamos varias exposiciones vendidas en puerta. Después de cenar y firmar el contrato celebramos con champagne, el Sr. Park se despidió y Hoseok lo acompañó hasta su auto, mientras yo guardaba mis cosas para salir del lugar en cuanto Hoseok regresara, al volver llamó al mesero y pidió otra botella de vino ante mi cara de sorpresa porque ya debíamos irnos.

HS- Tú dijiste que cuando estuviera 100% seguro que si algo salía mal nuestra amistad no iba a cambiar aceptarías salir conmigo pues hoy es el día... Celebremos nuestra primera cita con una botella de vino.

T/N- ¿Qué? Pero Hoseok yo debo volver a mi casa, mis hijos me esperan.

HS- No te preocupes, ellos ya están grandes y seguro les avisaste que llegarías tarde. Te conozco. T/N contigo no me queda otra opción que hacer las cosas así porque tú nunca das tu brazo a torcer. No me dejas otra opción que valerme de estas tretas para que aceptes salir conmigo. ¡Hasta dónde me haces llegar!

T/N- Hoseok yo... no me siento lista... no quiero perderte como amigo.

HS- No te preocupes no estás perdiendo un amigo, estás ganando un amante.

Se acercó a mí, tomándome de la cintura para luego darme un tierno beso en los labios ante el cuál quedé pasmada, no sabía como reaccionar, me sentía peor que adolescente inexperta, como si nunca hubiera tenido una pareja, digo 5 años soltera después de la ruptura de mi matrimonio habían causado estragos en mí y mientras que en cualquier ámbito de mi vida era una adulta totalmente funcional e independiente, estar frente a Hoseok que además era 10 años más joven me paralizó.

T/N- Hoseok yo... no sé ni qué decirte.

HS- No digas nada, sólo vamos a disfrutar la noche ¿de acuerdo?. Imagina que estamos en la oficina charlando de nosotros. Además por si no lo habías notado me estoy aprovechando de mi puesto y esto es una orden así que no puedes rechazarme.

En ese momento llegó el mesero con el vino y una pequeña charola de postres, porque finalmente ya habíamos cenado ahí mismo mientras estábamos con el Sr. Park, yo me decidí por un pastel con frambuesas y Hoseok pidió uno de chocolate, nos quedamos ahí todavía varias horas más platicando. Algo que me encantaba de Hoseok era su capacidad para hacerme reír o contagiarme esa hermosa sonrisa que él luce todo el tiempo, platicamos de nosotros, preguntó por mis hijos, me contó de sus amigos y de cómo ya los tenía hartos de tanto hablar de mí. Salimos del restaurante ya cerca de la media noche y algo pasados de copas porque después de la botella de vino vinieron otras más.

T/N- ¿Estás bien para conducir?

HS- Jajajajajajajajajajaja claro que sí, te dejo en tu casa y mañana pasó por ti temprano.

T/N- ¿Qué?

HS- ¿Te parece que algo salió mal? Entonces podemos continuar saliendo.

T/N- No, todo salió muy bien, sabes que me divierto mucho contigo, pero no hablamos de seguir saliendo.

HS- Pues lo acabamos de hacer, así que fin de la historia. La llevo a su casa damisela.

T/N- ¡Estás loco! Está bien. Te creeré y confiaré que si algo sale mal nuestra amistad no se va a perder.

Durante todo el camino él tomó mi mano mientras manejaba, sólo me soltaba para usar la palanca de velocidades, seguimos platicando hasta llegar a casa y al apagar el motor se acercó a mí para darme un beso que ya no fue tan tierno y suave como el primero, este fue más pasional, me tomó por el cuello y me jaló con fuerza hacia él, para recorrer mi boca por dentro, no dejó un sólo rincón sin saborear, mientras que su respiración comenzaba a agitarse, por fin él mismo decidió soltarme

HS- T/N no sabes cuánto esperé este momento, que por fin confiaras en mí y que estuvieras dispuesta a darme esta oportunidad y te aseguro que no la voy a desperdiciar. Gracias princesa.

T/N- Hoseok yo sigo teniendo mis dudas, no sobre ti sino sobre esto que puede pasar entre nosotros, pero también confío en que no me harás daño y yo tampoco a ti.

Me volvió a dar un beso en los labios y salí del auto para dirigirme a mi casa. Los niños ya estaban dormidos, fui a darles un beso a sus cuartos y taparlos porque aunque ya miden más que yo siguen siendo inquietos al dormir. 

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