Life goes on...

Parte 13 Nadie se lo merece

Hola hermosas, muchas gracias por seguir la historia

Les dejo otros dos capítulos juntos porque por el trabajo no he podido subir

Espero que le vayan agarrando el hilo y que no esté demasiado confuso todo...

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Ayer llegué bastante tarde a casa porque no quería llegar todavía con los ojos llorosos, porque mis hijos iban a empezar a hacer preguntas y no quería pasar por eso, finalmente ellos fueron testigos mudos de todas las veces que su papá me hizo sus escenas de celos, y cuando casi me mata ellos se enojaron mucho con él por eso no quisieron volver a verlo, ni cuando se fue de Corea.

Ya estaba lista para ir a la oficina y cuando salí Hoseok me esperaba afuera, apenas me vio salir, se bajó del auto y sacó un ramo de rosas.

HS- Por favor perdóname por lo de ayer. Por favor... por favor... Por favor

TN- Hoseok no es tan simple, nunca hemos hablado de ello pero los arranques de celos casi me llevan a la muerte. No se trata sólo de pedir perdón y ya. Simplemente es algo que no estoy dispuesta a tolerar nunca más.

HS- Lo sé y lo entiendo en verdad. Hablemos...

TN- No podemos, tenemos que llegar a la oficina, y yo me tengo que ir ya para llegar a tiempo.

HS- Tu jefe directo te autoriza no asistir el día de hoy. Hablemos por favor, TN, te pido que solucionemos esto.

TN- OK. Está bien, hablemos, pero no aquí, vayamos a otro lado.

HS- Vamos a la cabaña para que nadie nos moleste ¿Te parece?

TN- No lo sé, no creo que sea buena idea.

HS- Te aseguro que me voy a comportar y respetar tu espacio.

TN- Bueno, vamos pero es para hablar y encontrar una solución a esto.

Subimos al auto y Hobi me pidió aceptar las rosas, yo tenía mis dudas porque en verdad sé cómo funcionan los celos y las múltiples estrategias para "pedir disculpas", las acepté sólo para no ser grosera porque en realidad era la primera vez que Hobi y yo teníamos una discusión. Llegamos al cabo de un rato y entramos, aproveche para poner las flores en agua para que no se marchitaran, luego nos sentamos en el sillón y le pedí a Hoseok que me escuchara y que no me interrumpiera porque todo lo que le iba a contar no era fácil para mí y todavía me dolía muchísimo. Él aceptó y yo tomé valor para contarle uno de mis capítulos más oscuros.

TN- Lo conocí en la facultad, él era mi maestro de historia de arte durante la mitad de la carrera, es 10 años mayor que yo y siempre admiré su inteligencia y sus conocimientos, con él aprendía del mundo entero, cuando terminé todas mis materias con él, empezamos a salir, primero en plan de maestro-alumna, después en plan de amigos y cuando encontró la forma de proponerse, como pareja, todo empezó de maravilla, él era el hombre más maravilloso y galante del mundo, me llevaba a comer, visitamos museos, galerías, me daba regalos, flores, chocolates, conciertos de música clásica, en fin, lo mejor de lo mejor, nos casamos y seguimos viviendo en el idilio. 

Nació Odette y yo dejé la carrera en el último año para cuidarla, en cuanto creció pude terminar lo que había dejado pendiente de la carrera, y al poco tiempo nació José Armando, éramos la pareja modelo y la familia modelo, todo era muy tranquilo hasta que yo decidí empezar a trabajar, ahí se fue todo al carajo, en un inicio todo estaba bien hasta que el trabajo me exigía quedarme un poco más o salir tarde de la oficina porque tenía pendientes... él primero no me decía nada pero iba a recogerme todos los días, después si alguno de mis compañeros optaba por despedirse de mí, él se enojaba, peor si alguno de ellos se despedía de beso (algo que suele ser común en mi país aún sin ser amigos cercanos), entonces él enloquecía y me decía que yo lo estaba engañando con alguno de ellos y que seguro por eso salía tarde, que lo hacía a propósito para quedarme con mi amante, si por alguna razón del trabajo teníamos que salir de la oficina e iba algún compañero hombre él me hacía una escena enfrente de todos mis compañeros, no sólo para avergonzarme, sino para que todos supieran que era suya -Yo podía sentir cómo se iba haciendo un nudo en mi garganta y las lágrimas empezaban a correr por mis mejillas-