Él enfocado en poder expresar sus sentimientos, ella enfocada en poder contenerlos. Él decidido en no utilizar sus poderes, ella desesperada por aprenderlos a controlar. Exorcizar espíritus o ignorarlos, Shigeo Kageyama y Miko Yotsuya tienen más en...
—Te agradezco mucho Serizawa, por deshacerte de ese espíritu. —Se dedicó Mob hacia su compañero de trabajo, con una leve sonrisa dentro de un gesto agradecido. El adulto asintió levemente con la misma expresión, para ponerse de vuelta en su computadora. —Ya puedes estar tranquila, Hoyuelo no volverá a molestarte, te aseguro que es un buen espíritu. —Explicó a la chica que se encontraba a su lado, ahora que la observaba de cerca era evidente que la fémina le pasaba por al menos unos 5 centímetros de altura.
Miko asintió levemente, su ritmo cardiaco había vuelto a la normalidad y el sudor de su rostro y manos se había detenido, se limpió rápidamente con una franela ofrecida por el chico a su lado, agradeciéndole con una leve sonrisa. Ambos adolescentes tomaron asiento, uno al lado del otro en el cómodo sillón para 3 personas frente al peli naranja que veía todo con un gesto casi indistinguiblemente pícaro, bien escondido detrás de la tasa de té que bebía a pequeños tragos.
—Ya te habías tardado un poco eh Mob, la chica tenía algo de tiempo esperándote. —Aseguró con fingida molestia en su tono de voz.
—Pero espere, yo... —La pelinegra se detuvo en la contradicción que estaba por lanzar al ver que el jefe de la oficina le dedicaba un guiño con su ojo, que pasó desapercibido por el cabeza de hongo al este estar repentinamente afligido por la noticia.
—¡Lo-lo siento mucho! ¡Miko! ¡te pido una disculpa por haberte hecho esperar tanto!. —Exclamó como pudo, era claro el arrepentimiento en sus rasgos faciales. La chica estaba por explicar que no tenía mucho tiempo de haber llegado al ser interrumpida de nuevo por el peli naranja.
—Pero ya que estás aquí, cuéntanos por qué te tardaste tanto. —Pregunto con curiosidad, dándole de nuevo otro sorbo a su té, la pelinegra decidió no insistir mas en lo anteriormente ocurrido y solo se limitó a beber su propia tasa, no negando que también sentía curiosidad por las actividades del chico a su lado.
—De camino hacia acá atendí a un cliente, fue por eso mi retraso. —Confesó el cabeza de hongo, alzando la mirada de nuevo, abandonando su expresión de arrepentimiento gradualmente. —Se trataba de un señor, al parecer su apartamento estaba siendo hostigado por un espíritu maligno.
La expresión y postura de Reigen daba a entender que estos reportes para él no eran cosa nueva, su mirada de leve desinterés y su pie tambaleante de su pierna cruzada expresaba que hubiera preferido escuchar que la situación hubiese sido otra diferente a temas paranormales. Eso es lo que la pelinegra de ojos dorados pudo observar y no lograba entenderlo, incluso giró su mirada levemente hacia aquél adulto que la había salvado para encontrárselo metido en su computadora, ignorando completamente lo extraordinario y sobrenatural que era la explicación del chico al lado de ella. Había vivido tanto tiempo aterrada por esas entidades que en su cerebro simplemente no cabía explicación alguna para las expresiones de aburrimiento del jefe y el trabajador que colaboraban con Shigeo al escuchar cómo este había exorcizado un nido de espíritus en el apartamento de su último cliente.
