Él enfocado en poder expresar sus sentimientos, ella enfocada en poder contenerlos. Él decidido en no utilizar sus poderes, ella desesperada por aprenderlos a controlar. Exorcizar espíritus o ignorarlos, Shigeo Kageyama y Miko Yotsuya tienen más en...
De nuevo les pido una disculpa a todos, me hubiera gustado hacer más dibujos y detallar mejor los que aquí les presento, pero el tiempo no me alcanzó, creo que me estaré tomando dos semanas por capítulo para mostrarles lo que quiero en cada cap, espero y sepan comprender, por lo que habrá actualización hasta dentro de dos domingos.
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Incluso en el sabor de la victoria, la amargura de la derrota abruma sus sentidos
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7.- IRA
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—¿Por qué la demora? ¿perdiste el tren de camino aquí Miko-chan?. —
El pie de la montaña estaba cubierto por basta y diversa flora, los filtros de luz amarillosos de la mañana brindados por el sol se colaban a través de las montañas y llanuras en la lejanía, la adolescente observaba el paisaje con tranquilidad, meditando lo que acontecería en unos momentos, al menos el ambiente le brindaba algo de paz a su inquieto corazón, que ya se estaba preparando para volver a vivir emociones intensas. El Bus que había tomado en la estación de trenes se detuvo en su respectiva estación peatonal, la chica bajó rápidamente y fue casi de inmediato que escuchó aquella voz burlona y canturrona de aquél sujeto con apariencia de vagabundo que pudo ver, se hallaba sentado en una banca de espera, bajo la sombra de un árbol en la cercanía. El sujeto se encontraba lanzando una moneda al aire, su gesto era el de alguien que tenía intensión de molestar bromeando. Ella frunció ligeramente el entrecejo casi por acto de reflejo, no podía evitar sentir una mala vibra en aquél hombre.
—Veo que viniste sola, olvidaste que también debías traer a tu amiga carismática... ¿lo olvidaste cierto?. —Preguntó de nuevo el pelinegro ojeroso, poniéndose de pie, caminando hasta quedar cerca de la fémina. —Ella era necesaria para poder entrar a ese lugar de nuevo. —Anunció, con un ligero tono de voz defraudado.
La chica permaneció en silencio con una mueca de desapruebo en cuanto escuchó el nombre de su amiga, obviamente no traía a la peli naranja hacia este lugar para que fuese usada como carne de cañón. Al ver aquella reacción el hombre en sus tempranos treintas mostró una sonrisa colmilluda fugaz, para después colocarse la mano en la frente imitando una pose dramática.
—Ni hablar, tendremos que usar otro método para volver acceder ahí de nuevo. —Musitó con cansancio fingido.
—¿De qué hablas?. —Preguntó la adolescente confundida. No entendía las palabras del adulto.
