La última carrera

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Hola, para los que no lo sabían, tuve un problema grave con mis artilugios de trabajo, mi pc se fue al carajo, tuve que conseguir otra nueva, por lo que me atrasé un poco en este capítulo. En fin, aquí está, lamentablemente aún estoy revisando lo de los programas que tenía, entre ellos el que uso para dibujar, por lo que esta vez no habrá ningún dibujo, solo les tengo un boceto a medio terminar que estaba haciendo antes de la tragedia, por suerte lo guardé en una nube. En fin, el siguiente capítulo traerá dibujos de este y del mismo respectivamente. La actualización será en fin de semana, no sé si el siguiente o dentro de 15 días. Saludos.

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16.- La última carrera

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—Sabes... me estoy empezando a dar cuenta de que Mob se está ausentando demasiado últimamente.

La voz de Reigen llegó hasta los oídos de su empleado mas reciente, un hombre adulto vestido de traje negro, cabellera corta y puntiaguda. Movió los ojos con dirección al peli naranja que se encontraba sentado a unos cuantos metros de él en su escritorio personal, apreciando que bebía una taza de café aún humeante.

—¿Quiere que lo llame Jefe Reigen señor?. —Preguntó con leve mortificación el peli negro, olvidando por completo su trabajo en la pantalla del computador que estaba utilizando.

El falso psíquico no pudo evitar dejar escapar un chasquido de lengua involuntario, uno que hizo encogerse de hombros aquél empleado novato.

—Vamos hombre ya te he dicho que solo me llames Reigen, somos colegas de trabajo. —Pidió por enésima vez con un gesto que denotaba molestia, tono de voz suave.

—Lo-so sien...—

—Pero no, no quiero que lo llames. —Interrumpió el dueño de aquella oficina, colocándose de pie anduvo hasta la ventana para observar la urbe que lo rodeaba. Observó el reloj plateado que descansaba en su muñeca. —Estará aquí en cualquier momento, al menos eso me dijo anoche. —Comentó más para si mismo que para su subordinado.

—Cual sea que sea la labor que haya que hacer, estoy más que dispuesto hacer mi mejor intento para cumplir seño- eh, Reigen je-jefe. —Anunció el pelinegro, mirando con determinación la espalda del peli naranja quien parecía haberlo ignorado por completo.

—Incluso en ocasiones no contesta mis llamadas. —Prosiguió con su monólogo el falso psíquico, comenzando a caminar de un lado para otro en el pequeño espacio que había de muro a muro. — Mmm... por qué será... ¿La paga que tiene ya no es suficiente?. —Se preguntó, colocando una mano bajo su barbilla.

—De hecho... mi madre al principio no decía nada pe-pero... —El peli negro se rascó una mejilla con pequeño nerviosismo, una gota de sudor se posó en el lado opuesto de su cara. —Ya me ha estado regañando últimamente por la paga que tengo, dice que esto es explotación laboral y que si no renuncio pronto lo demandará, jefe-señor-Reigen señor. —Confesó con notable pena tanto en su cara como en su tono de voz.

El psíquico y la mediumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora