Profeta

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Que tal, aquí reportándome con el nuevo cap, lamento decirles que no tengo ningún dibujo para este tampoco, solo bocetos a medio empezar, no me dio tiempo, de hecho recorté el ep un poco, una disculpa por ello, haré mi mejor esfuerzo para traerles el siguiente episodio con dibujos terminados como compensación, saludos.

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                                                                                       16.- El profeta

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Él los podía ver a través del cristal que fungía como ventana de su modesta oficia, ubicada en el segundo piso de aquella vieja casona que tenía pinta de templo, la anciana que notablemente caminaba con algo de dificultad y aquél joven curioso y hambriento de conocimiento. Apuñó suavemente las manos por detrás de su espalda baja y dejó escapar un pequeño aliento, rápidamente los perdió en la vista al ellos salir por la entrada principal a su pequeño pueblo escondido entre las montañas cubiertas de flora y vivas con fauna.

Se sentó en su silla móvil forrada con cuero gastado, observando frente a él una rebosante taza de café negro que con claridad mostraba el reflejo de su cara. Pasaron varios segundos en los que solo podía escucharse el sonido de su propia respiración. La serena calma de la habitación se vio perturbada por una pequeña ave de color blanco que entraba aleteando por la ventana, una vieja amiga de aquél hombre que había viniendo a cuidar desde hacía ya dos años atrás, claramente la paloma sentía la confianza suficiente como para acercársele de aquella forma, anidando en una de las manos que había colocado sobre el escritorio.

Pese a todo el hombre de la tercera edad seguía mirando fijamente aquella taza de café, como si de un inanimado maniquí se tratara. El líquido en reposo comenzó a temblar gradualmente desde un pequeño pulso hasta comenzar a desbordarse de la taza, aquél hombre seguía mirando fijamente ya no la bebida en sí, sino ese punto en específico puesto que la porcelana del recipiente había estallado en pedazos, saliendo a volar tan fuerte como un proyectil de arma de fuego. El ave claramente asustada y con los instintos de supervivencia al rojo vivo trató de alejarse de aquél lugar volando, pero al intentarlo fue atrapada por un movimiento certero y fugaz de aquél hombre que la había alimentado durante tanto tiempo.

Aterrado, el pájaro comenzó a carraspear y cantar tan fuerte como su pico se lo permitía, sentía que estaba atrapada entre las garras de un depredador a medida que el hombre movía lentamente la mano para ponerla frente a sus ojos. Fue entonces que dejó de ver aquél punto sobre la mesa para dirigir casi mecánicamente sus pupilas hacia aquella ave que seguía chillando aterrada, con los nervios a tope tratando de zafarse de aquél invencible agarre que la aprisionaba.

El rostro sereno de aquél hombre se fue transformando lentamente, sus rasgos comenzaron a deformarse a tal grado que ya no parecía la cara de un humano, el ave pudo verlo periféricamente con la sensación de muerte palpando en su emplumado pecho. Una mirada de profundo odio y degenere se había postrado sobre ella.

El patriarca entonces curvó lentamente los labios en una sonrisa diabólica, mostrando sus molares y colmillos de los cuales salía vapor caliente e hilos de saliva cual animar rabioso se tratase. Abrió su boca estirando la mandíbula de forma inhumana y de un mordisco sediento de sangre arrancó la cabeza del pájaro rápidamente y echó su cabeza atrás por la inercia con la que lo hizo, chorreando disparos de sangre al aire, su escritorio, ropa y su cara, el cuerpo decapitado de la paloma aún por estimulo nervioso seguía tratando de huir de aquél agarre, erupcionando pequeñas cantidades de sangre de aquella herida mortal, descendiendo como hilos veloces por la mano del individuo.

El psíquico y la mediumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora