Él enfocado en poder expresar sus sentimientos, ella enfocada en poder contenerlos. Él decidido en no utilizar sus poderes, ella desesperada por aprenderlos a controlar. Exorcizar espíritus o ignorarlos, Shigeo Kageyama y Miko Yotsuya tienen más en...
Bueno, aquí está el penúltimo episodio de este fanfic, espero que lo disfruten, me costó un poco de trabajo escribirlo, lo tuve que reescribir varias veces hasta simplificarlo lo mayormente posible, espero que sea digerible y no aburrido, en fin, la semana que viene ya traigo el episodio final y ya con esa terminanos, saludos.
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25. —Los poderes psíquicos son aterradores
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—¿Aún no lo entiendes verdad? —Preguntó ese hombre espectral, con notable burla en su tono de voz.
Shigeo seguía sosteniendo el cadáver de su Miko entre sus brazos, mirándola con el gesto perdido en una gruesa capa de energía burbujeante, latente y de naturaleza hostil. Aquellas palabras burlonas llegaron a sus oídos y eso fue suficiente para distraerlo de momento de aquella tortuosa vista. Su cabeza se giró lentamente con dirección aquél enemigo, responsable de que su amor ya no estuviera con vida. Si él había sido el que arrebató el alma de su chica, él también podría devolverla, por las buenas o por las malas.
Rápidamente envolvió a la fémina en una poderosa e inquebrantable burbuja energética que actuaba como escudo, totalmente hermético. La cantidad de energía condensada para lograrlo fue tal que estaba generando pequeños y sutiles cambios en la gravedad del lugar, fungiendo esta esfera como un nuevo y más pequeño campo gravitacional que apenas y comenzaba atraer rocas y trozos de barro de mediano tamaño hacia ella.
—Ya no puedes hacer nada, has perdido. —Aseguró el espectro, colocando ambas manos en sus caderas, osado a bajar la guardia totalmente pues estaba seguro que ese chiquillo psíquico no podría dañarlo. —No hay forma, incluso si yo quisiera, de devolver esta poderosa alma a su cuerpo. —Soltó una pequeña carcajada que resonaba como ecos en todo el ambiente.
Shigeo Kageyama sintió como su sangre estaba hirviendo dentro de sus venas, podía sentir que incluso quemaba, la pulsación de ellas a través de la piel y el vapor energético que fácilmente podría gasificar el agua, se estaba expandiendo a su alrededor rápidamente. El aura prismática de energía sufrió un cambio notable, tomando forma de hexágonos vibrantes y destruyéndose, de colores negros y blancos. Su rostro totalmente oscurecido, resplandecido por los dos focos luminosos que eran sus ojos seguían clavados en aquél bufón que seguía burlándose de su desdicha. Las emociones turbulentas en su interior chocaban unas contra otras, luchando por tomar solo una el control, pero era imposible, la energía psíquica y espiritual del adolescente era un completo caos.
—Ya fue suficiente, te he dado el tiempo necesario para que te despidas de ese cadáver. —Anunció la figura humanoide, comenzando a caminar hacia el estudiante de secundaria. —Ahora tengo que matarte para adquirir todo tu poder, que quede claro que no lo necesito, pero no está mal algo extra. —Explicó.
De lo que aquella entidad no se daba cuenta, es que el esper que intentaba aniquilar y miraba frente a él no era mas que un reflejo del pasado, una imagen residual que había quedado en ese punto, mientras que el verdadero esper se encontraba a su costado, apuntándole con una mano directo a la cara.
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