Él enfocado en poder expresar sus sentimientos, ella enfocada en poder contenerlos. Él decidido en no utilizar sus poderes, ella desesperada por aprenderlos a controlar. Exorcizar espíritus o ignorarlos, Shigeo Kageyama y Miko Yotsuya tienen más en...
Este es un episodio de relleno porque aún no termino de escribir lo que pasará con los personajes centrales, espero y lo disfruten de la misma forma, el próximo fin de semana publicaré el episodio completo, saludos.
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15.- Un psíquico despreocupado y una médium problemática
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—Estúpido viejo desubicado, siempre haciéndome pasar vergüenzas innecesarias. —Gritó en su mente el peli rojo, su estado de ánimo fastidiado se hacía notar claramente en su entrecejo fruncido, nariz arrugada y mirada afilada.
El adolescente de chaqueta deportiva, camisa blanca y jeans claros caminaba tranquilamente por las calles de la ciudad, manos en bolsas de los pantalones y pose relajada.
La razón de su sentir era debido a que su padre lo había invitado a salir a desayunar nuevamente en un restaurante de alta categoría. Él aceptó gustoso ya que muy en el fondo, por más que odiara su forma de sentir admitía que le encantada pasar tiempo con su papá, realmente anhelaba convivir con él como cualquier hijo lo hacía con su progenitor. Sin embargo su el esper adulto no tenía la mínima intención de tener esa actitud hostil, agresiva y tajante que lo caracterizaba. Claro, había dejado de cometer lo que incluso en una guerra podría ser catalogado como crímenes, pero eso no significaba que su actitud iba a cambiar mucho. Era directo y al punto, era devastador con sus palabras cuando algo no le parecía. Fue algo así lo que pasó en el restaurante, cuando por accidente le sirvieron el platillo equivocado, por lo que el malentendido escaló hasta el punto en el que el peli marrón amenazó con clausurar todo el restaurante por la "mala atención" que se le brindó. Pese a todo él pudo calmar a su padre y al fin de cuentas ambos procedieron a ingerir sus alimentos en paz.
—Tú tomarás mi lugar en este mundo Shou, será mejor que no me defraudes. —
Las palabras de su padre resonaron en su cabeza e involuntariamente chasqueó la lengua, pateando un lata de soda vacía que se atravesó en su camino.
