𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐒𝐀𝐕𝐀𝐆𝐄 ✦ 𝐘𝐀𝐍𝐆 𝐉𝐔𝐍𝐆𝐖𝐎𝐍

Capítulo 19

Ya era sabido que Soomin no tenía mucha paciencia para con nadie, pero la de Jay escaseaba cada vez que tenía a esa chica cerca, por lo que ya no pudo soportar ni uno más de sus malditos insultos y frases tan bien hechas.

Se acomodó en su lugar y preparó sus puños mientras limpiaba la sangre que tenía en la boca por la piña que le había proporcionado aquella odiosa chica. Pero se detuvo de manera directa, no iba a pelear con ella... ni ahora ni nunca. Algo se lo impedía.

—¿No podemos hacer algún tipo de tregua para que los dos vivamos en paz? —sugirió Jay cansado.

—No, no me gustan ese tipo de cosas. Además, no debes olvidarte de quién fue el que intentó amenazarme en primer lugar.

—Me equivoqué y ya recibí mi castigo —señaló el mayor fastidiado.

—Si vas a recibir un castigo cada vez que hagas algo mal, no quedará nada de ti —comentó la chica con una ceja levantada.

—Prefiero eso a tener que seguir peleando contigo, ya estoy harto de ti.

—¿Tú estás harto? —repitió Soomin incrédula—. Yo ya debería haberme dado la cabeza contra una pared de lo mucho que me persigues y te metes en mi vida.

—Claro, si se trata de mí te quieres matar pero... ¿por qué no tienes la misma actitud con Jungwon? —preguntó Jay—. Después de todo él también te persigue y se mete en tu vida tanto o más que yo, ¿no es así?

La mirada de la chica se oscureció por un segundo. Estaba a punto de negar lo que aquel chico había dicho, o al menos lo que estaba intentando decirle, pero algo la detuvo. Sabía que si hacía eso le estaría dando la razón, ellos eran mejores amigos después de todo.

—Esto es increíble, jamás te había visto quedarte callada —sonrió Jay—. ¿O acaso tengo razón?

—No... Jungwon, él...

—Te gusta, ¿cierto?

—Ay, por favor —bufó Soomin rodando los ojos—. No lo soporto.

—Jamás comprendí por qué.

—No tienes por qué hacerlo, es un problema entre él y yo.

—Entonces sí pasó algo entre ustedes dos —recalcó Jay con una media sonrisa—. Me pregunto qué podría haber sido.

—¿Tan interesante es mi vida que siempre estás hablando de ella? —se quejó ella, sus cejas relajadas le daban un aspecto serio y dominante.

—Si quieres puedo comenzar a hablar de mí, pero te advierto que mi boca quedará entumecida.

—Pero qué arrogante eres —se burló Riki desde su lugar, había vuelto a mover mesas como un esclavo y ya casi tenía todo el salón despejado.

—¿De qué lado estás? —chilló Jay molesto.

—De ninguno —rió Riki confundido—. Solamente digo la verdad.

—Entonces ya cierra la boca y no te metas, eres muy menor como para entender lo que pasa aquí —le ordenó Jay. 

Soomin abrió los ojos por un leve momento al ver a Jungwon por pasar la puerta, negó varias veces con la cabeza y le señaló el pasillo aprovechando que Jay tenía el cuerpo girado hacia un costado y Riki no apartaba la mirada de las cosas que había en un armario mientras las revisaba.

Y entonces, antes de que cualquiera de ellos se diera cuenta, Soomin salió rápidamente del salón y tomó la mano de Jungwon para arrastrarlo lejos de ahí.

Lo empujó dentro de un salón vacío y cerró la puerta esperando que ni Jay ni Riki hayan escuchado el ruido que hicieron sus zapatos.

—¿Qué sucede? —preguntó Jungwon confundido.