Capitulo 2: Sokovia.

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Habían pasado ocho años desde que Natasha descubrió que tenía un alma gemela lo que la había ayudado a sobrellevar los años de entrenamiento en el salón rojo, sin embargo, el año de su ceremonia de graduación y el más difícil de todos sus años encerrada en ese lugar, Natasha perdió comunicación con Wanda. Sin previo aviso ni señales, ella simplemente dejó de oírla y sobretodo dejó de sentirla.

El vacío que dejó la ausencia de Wanda no tenía forma de explicación, era como si se hubiesen llevado una parte de ella y así había sido. Natasha nunca había oído de personas que hayan perdido a sus almas gemelas de esa forma, ni siquiera sabía que era posible hasta que le ocurrió.

Años después de salir del salón rojo sin encontrar ningún tipo de información sobre Wanda Maximoff. Halló una familia, halló a los vengadores. Y tiempo después de no tener nada, se dió cuenta lo que era tenerlo todo.

O casi todo.

Hoy era diez de Enero, y Wanda estaría cumpliendo veinticuatro años, a la vez que se cumplen ocho años desde que la conoció. Incluso Natasha creía que podría haberla imaginado como reacción al trauma. Pero hoy era uno de los días dónde Natasha más extrañaba a Wanda, sobretodo por la fecha.

Nat se encontraba sentada en el sillón de la sala común en la torre de los vengadores cuando Clint apareció con una caja pequeña de cartón color rosa pastel.

— Clint, realmente te amo pero en éste momento me gustaría no ver tu rostro. — Natasha solo permitía decaerse cuando se trataba de Wanda. Ella sentía que Wanda había sido el tipo de persona que merecía ser recordada, por lo que cuando se trataba de ella, Nat se desconectaba del mundo para intentar volver a los momentos dónde pudo escucharla.

Clint no dijo una palabra, solo se sentó en el asiento de en frente y destapó la caja en su manos que contenía un pastel de cumpleaños con cuatro velitas.

— Clint...

— Dijiste que hoy te tomarías el día por el cumpleaños de Wanda, y creo que la mejor manera de recordarla es soplando las velas por ella. — Clint la interrumpió y colocó el pastel frente a ella intentando encender las velitas.

— Clint, ni siquiera sé si alguna vez en su vida logró apagar las velas el día de su cumpleaños.

— Entonces lo harás por ella.

Nat le regaló una mirada de muerte y luego dirigió su atención hacia el pastel frente a ella con las velas ahora encendidas.

“Feliz cumpleaños, brujita. Te extraño cada día más.” — Natasha dijo en su mente como cuando solía hablar con Wanda hace tantos años, y sopló la vela.

Clint aplaudió logrando hacerla reír.

Ambos cortaron el pastel y volvieron a sus respectivos asientos, concentrados en lo que estaban ingiriendo.

— Háblame de ella. — Clint propuso sin apartar la mirada de su trozo enorme de pastel.

Natasha comenzó a jugar con la crema del trozo en su mano pensando en qué podría decir.

— Ni siquiera sé cómo describirla... — confesó. — Una vez nos dijimos como luciamos físicamente pero jamás logré dar con un rostro exacto. Se que era de cabello castaño con reflejos rojizos, me contó que a medida que crecía se enrojecía y tenía ojos verdes. De contextura delgada y piel blanca.

— Se oye muy hermosa

Natasha asintió, ella desearía saberlo.

— ¿Y cómo la describirías a nivel personal?

Nat sonrió con tristeza al recordar los primeros años dónde conoció a Wanda, lo ingenua y frágil que solía ser hasta que la corrompió.

— Ella era mágica... Siempre tenía las palabras perfectas para describir lo que sentía, pero yo... Desearía haber sido más amable con ella.

Alma Gemela. #1 | ScarlettWidow/WandaNatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora