VII

469 78 12
                                    

-Eres tan frágil- escuché un susurro de Adora, sintiendo los ojos tan pesados como para si quiera pensar en abrirlos- algo en ti me obliga a buscarte, y no descansaré hasta averiguarlo, niña

Ha pasado un día y por fin logré despertar, llevo horas intentado salir de esta estúpida cama, hasta que lo siento, un maldito dolor punzante en mi costado- Mierda- dije quejándome

-¿Estás bien?- pregunta Prince

-¡¿Qué hago aquí?!- pregunto confundida

-Estabas mal herida, casi mueres, niña- la miro irritada, era mi oportunidad de desaparecer

-No me llames así, Prince- dije molesta

-Entonces deja de comportarte como una responde- dijo con un tono serio- ¿Qué está sucediendo contigo?

-No te incumbe, ahora sácame estas cosas, dame analgésicos y déjame ir de una vez por todas- me miro incrédula

-Ni lo pienses, casi acabas de despertar de un procedimiento en el cual casi no sobrevives, porque la niñita tiene un tipo de sangre tan escaso que si no hubiésemos encontrado en el tiempo que lo hicimos, ni siquiera estarías respirando- dijo molesta

-¡Te dije que no me salvaras!- aparté mi mirada

-¡Pues que mal, mocosa arrogante-me mira indignada, quien se cree que es, la arrogante siempre será ella- porque ya lo hicimos!- mis ojos comienzan a cristalizarse, es una idiota, me siento tan rota, tan perdida.

-Hey, no llores- dijo calmadamente- ya estás bien, estarás bien

-No lo entiendes Prince- susurro

-Explícamelo- intenta persuadirme

-Sólo mantente lejos de mí- y simplemente me recosté cerrando mis ojos, intentando escapar de su maldito interrogatorio.

-Descansa- y simplemente se fue.

Ha pasado una semana desde sus estúpidas preguntas, una semana en donde la he observado vigilarme sentada en el sofá de visitas de mi habitación, creyendo que simplemente tomaré mis cosas y me marcharé de aquel deprimente lugar, ella cree que no lo sé, pero la he visto, he sentido su mano acariciar descaradamente mi mejilla y apartar mechones de cabello de mi rostro posicionándolos detrás de mí oreja, y entonces lo supe, debía marcharme.

Después de dos semanas simplemente me fui, sin siquiera despedirme de ella, no tuve el valor de decir algo después de ver su preocupación por mí en sus ojos, necesito salvarte de mí, doctora Prince.

-Doctora Prime, ¿Se encuentra bien?- el viaje por el mar de mis recuerdos se vio interrumpido por Darla, mi querida asistente

-Estoy muy bien Darla, gracias por tu preocupación- sonreí ante la preocupación de mi amiga- ¿Sucede algo?

-La doctora Prince está aquí, dice que necesita hablar con usted urgentemente, ¿La hago pasar?- pregunta expectante a mi respuesta

-Que pase- respondo con simpleza

Luego de unos minutos está aquí, sus ojos azules viéndome curiosos y expectante a cada uno de mis movimientos.

-Tome asiento doctora Prince- hablo formalmente

-¿Podrías dejar de pretender que nunca nos hemos visto?- que sutileza

-¿Qué quieres Adora?- respondo irritada

-Podrías intentar explicar qué diablos está pasando, ¿Cómo que eres doctora?, ¿Qué hacías en Luna Brillante?, ¿de quién huías?- dice sin entender nada

-Soy cardióloga con una trayectoria casi impecable, antes nos habíamos encontrado en congresos de general, pero como tu ego es tan gigante como para mirar a tu alrededor probablemente no recuerdes haberme visto- suspiré resignada- Tuve algunos problemas en Dryl ese día y simplemente fui a parar a Luna Brillante, técnicamente en la entrada de urgencias del hospital, y tu última pregunta, es simple, huyo de mi pasado.- respondí cada una de sus preguntas- ¿Feliz doctora Prince?

-¿Por qué cuando pregunté tu nombre me diste uno falso?- la miro un poco apenada

-Prime está muerto para mí, Weaver era el apellido de soltera de mi madre y pues catra, creo que suena más lindo que la puritana de Catherina Elizabeth, ¿no crees?- intenté sonreír

-Tienes razón, combina con tu linda carita- dice coqueta

-¿Estás tratando de coquetear conmigo después de contarte mi triste historia Prince?- así que así juegas Prince- no creí que fueses así- dije con falsa indignación

-¡¿Qué?! ¡No!- dice apenada

-Solo bromeo Prince- la miro divertida- en fin, Darla dijo que necesitabas hablar urgentemente conmigo, ¿Es sobre Adam?- pregunté expectante

-No, él está bien, tienes manos increíbles- la miro levemente sonrojada

-Eso dicen-le guiñé un ojo mientras ella se sonroja sin saber que hacer

-Estaré aquí hasta mañana, no sé, quizás podríamos salir y explorar Mystacor, se ve interesante, ¿podrías guiarme?- dice apenada pero coqueta

-¿Estas invitándome a salir?- pregunté sonriendo maliciosamente- lo siento doctora Prince, no salgo con pacientes- la miré seriamente

-Comprendo, yo, yo, no quería incomodarla con mis estúpidas propuestas doctora Catherina- dice apenada y desilusionada- creo que debo irme, debe tener asuntos más importantes que tratar- suspira resignada

-Adora espera, salgo a las 5, si quieres podemos ir al teleférico, la vista es hermosa- respondí antes de que se fuera

-Creí que...- la interrumpí

-Ningún profesor debería ser cercano a un alumno a tal punto de que sus decisiones sean éticamente cuestionadas como imparciales o no, independiente a la ética, siempre existe el consentido del profesor, ese alumno que impide exámenes sorpresas y gana horas libres para sus compañeros- dije mirando su rostro confundida- en este caso, serás mi excepción, saldré con usted, doctora Prince, procure ser puntual- su mirada luce sorprendida y embobada- que tenga linda tarde- sin más una sonrisa se dibujó en sus labios y se limitó a solamente responder- "Seré puntual, doctora Catherina".

Corazones rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora