XIII

169 19 3
                                    

-Perdónanos Darla, no se volverá a repetir- digo con tono de niña regañada.

-Sí, Darla- dice Melog tocando su cuello con nerviosismo.

-Me parece bien- responde Darla.

-Yo creo que deberíamos seguir el plan de Darla- interviene Entrapta.

-No te ilusiones enana- digo con molestia- aquí la única casada seré yo- me apunto con mi dedo pulgar.

-Ya basta- dice Darla tocando su rostro con frustración- no entiendo cómo puedo estar tratando con dos de los mejores doctores y mentes de toda la nación- dice con ironía.


Narra Catra

-Al fin despiertas bastarda- escucho la voz de Hordeano a lo lejos.

-¿Dónde estoy?- pregunto desorientada.

-Estás en tu nueva habitación-observo un cuarto bastante oscuro y sin ventanas- te quedarás aquí mientras preparo a tu prometido.

-No pienso casarme con nadie- digo con decisión.

-Querida hija- dice con tono burlesco- ¿me podrías decir quién es Adora Prince para ti?

-¿De qué hablas?- pregunto con tono de preocupación.

-Hablo de qué- hace una pausa eterna- si no quieres que le suceda nada a tu noviecita- acaricia mí mejilla- tendrás que hacer lo que yo te diga.

-No puedes...- susurro.

-Claro que puedo, y lo haré- simplemente me limito a escuchar- ¿No dirás nada?- pregunta- que poco valiente jaja- ríe.

-Te odio- digo al borde de las lágrimas.

-La cosa irá así, Adora vendrá por ti- lo miro sorprendida- así es, mis guardias de seguridad ya me han informado sobre su llegada, además, mi hermanito Hordak trabaja como anestesiólogo junto a Prince, confesaré que aquella vez cuando Roy te dejó al borde de la muerte casi me deshago de ti, sino fuese por esa medicucha de cuarta y su capricho de salvar tu vida- me mira molesto- Hordak lo incitó a dejarte ir pero la muy imbécil de tu doctora envió a una enfermera en busca de otro doctor- sólo me limito a escuchar- ¿Qué, no me digas que no sabes nada de esto?- pregunta ante mi mirada confundida- Yo lo sé todo, lo veo todo- se acerca a mí- no existe paso que des sin que yo lo sepa, bastarda.

-Pagarás por todo esto...- toca mi mejilla.

-No, pequeña- se acerca a mis labios- la realidad es que nadie jamás vendrá por ti, estás sola- susurra- y eres mía.

Corazones rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora