Capítulo nueve.

34 6 6
                                    

Michael comenzó a sollozar un tanto fuerte llevando la máscara a su pecho, no sabía que es lo que estaba ocurriendo y no quería presionarlo. Se veía realmente dolido y no sabía como reaccionar, quería darle un abrazo pero no sabía si era el momento para hacerlo o no por lo que solo me quedé a su lado en silencio.

Limpió su rostro un poco brusco con las mangas de su playera negra. Luego se quedó mirando un poco más tranquilo la máscara, alguna que otra lágrima escapaban pero se las limpiaba rápidamente.

—Sun. -dijo después de un momento incómodo de silencio.

Le miré un poco de reojo, realmente no quería hacerlo sentir más mal o incómodo. Puse mi mano lentamente sobre la suya y le di un leve apretón.

—No sabes cuánto me arrepiento todos los días. -unas cuantas lágrimas silenciosas escaparon de sus hinchados ojos. —Yo... No quería, sólo soy un idiota. -sollozó aún más fuerte que el principio, entonces fue ahí cuando pensé que era el momento indicando para abrazarle.

Estando yo arrodillada ahora frente a él rodeé mis brazos por su cuello y me lo llevé a mi pecho dándole un cálido abrazo. Era muy difícil entender sus palabras, no sé a qué se refiere realmente, pero no hay prisa, esperaré un poco más para que me explique bien.
Le di unas palabras de consuelo acariciando su espalda y cabello. Odio ver a las personas llorando porque soy tan sensible que me transmiten también ese sentimiento más aparte de que nunca sé como reaccionar de una manera adecuada.

Quité su rostro de mi pecho y suavemente limpié sus lágrimas, acomodé su rebelde cabello e hice que me mirara a los ojos, le dije que intentara respirar al mismo tiempo que yo, eso lo sé porque mi papá lo hacía conmigo cuando me daban mis ataques de ansiedad cuando era una niña.

Al cabo de un rato Michael ya estaba un tanto tranquilo, me agradeció por estar para él dándome un corto abrazo. Entonces miré como se preparaba mentalmente para seguir con su discurso.

—Hace unos meses fue el cumpleaños de mi hermano menor. -dejó salir entre suspiros. —Y... -miró a un punto fijo del pasillo, como si estuviese regresando al pasado. —Yo... -estaba realmente ido.

—Michael. -llamé llevando mi mano a su hombro. —Está bien. Estoy aquí contigo. -moví mi dedo pulgar en círculos.

Michael parpadeó por varias ocasiones y ahora miraba sus viejos tenis.

—Provoqué un accidente, Sun. -soltó rápidamente que su voz se fue cortando. —Y nos han dado fatales noticias. Mi hermano menor ha muerto.

Algo dentro de mi pecho se encogió tanto que sentí un brusco golpe. Se sentía como aquel día, aquel primer día que mi hermano Chris desapareció.

—Michael. -suspire tomando sus manos. —No es tu culpa.

—Soy un monstruo, Sun. Ahora todos me odian. -llevó sus rodillas a su pecho y tapando de igual modo su rostro con ellas.

—Michael, yo no te odio. -mi cabeza parecía que iba a explotar, dolía bastante. Han sido demasiadas emociones en tan pocas semanas.

—Pero William sí. Él nunca me perdonará. Nunca se ha sentido orgulloso de mí. -quité sus manos de sus piernas ya que miré como encajaba sus uñas en estas. —Es mi padre, Sun.

—Me tienes a mi Michael. Nunca te dejaré.

Después de tales escenas fuertes le convencí a llevarlo a su habitación, lo recoste en su cama echándole una sábana. Después ya estando ahí el fue contándome pequeños detalles de su vida. Me había comentado que anteriormente ya habían tenido otra pérdida, la de su hermana más pequeña. Que desde ese momento William fue perdiendo un poco más la cabeza pues parecía que Elizabeth era la favorita de él y tras su ida todo empeoró. Habían demasiados problemas ya en casa por lo que sus padres decidieron separarse, su madre quiso comenzar una nueva vida lejos de esta ciudad. Sin embargo William decidió quedarse aquí, en Hurricane. Michael intentó de todo para llevarse bien con él, es por eso que una vez al año viene a verlo pero tal parece que todo es en vano y/o termina haciendo cosas realmente estúpidas. Siempre ha sido un chico muy rebelde y diferente a todos, cosa que a su padre nunca le gustó. Siempre desquita su coraje con él, Michael.

Malédiction Violette. // William Afton. [hombre morado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora