Capítulo diecisiete.

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Abrí mis ojos sintiéndolos pesados, los froté suavemente mientras me sentaba en la cama, miré las sábanas dándome cuenta que no eran las mías. Miré más allá de la habitación viendo que claramente no estaba en la mía, quité la sábana de mi cuerpo saliendo enseguida de la cama, curiosa eché primero un vistazo a los objetos que había por todos lados, no había nada que me indicara alguna pista de donde me encontraba. Con mis píes descalzos caminé fuera de la habitación, estaba ahora en un pasillo totalmente oscuro, caminé unos pasos solamente viendo cada una de las puertas que había.

Me di cuenta que estaba en una segunda planta, busqué las escaleras encontrándolas con éxito. Bajé lentamente estas provocando un severo rechinido. A lo lejos podía escuchar unas voces de niños y de Michael. Con mi ceño fruncido bajé el último escalón, más allá de mí pude ver una luz natural, como de una chimenea. Seguí el color amarillento fuerte sintiendo de pronto mis píes calientes. Me paré en el marco de la puerta echando primero un vistazo, efectivamente era Michael sentado al lado de dos niños.

Caminé a ellos en silencio mientras miraba lo poco que se podía ver de la sala, cuando regresé mi vista a Michael esta ya me estaba mirando con una tierna sonrisa. Se levantó del sofá yendo directamente hacia mí, mientras él se acercaba miré sobre su hombro viendo al niño y niña jugar alegres sacándome una sonrisa. Una mujer estaba también sentada en el sofá, no quité mi vista de ella pues sentía curiosidad. Entonces todo pasó al mismo tiempo en un solo momento, detrás de mí se escuchó la voz de William, Michael atravesó mi cuerpo desvaneciéndose, por lo que su abrazo nunca llegó a mí y esa mujer volteó a nuestra dirección bruscamente pero su rostro no se le veía. Traté de mirar detrás mío para ver donde estaba William pero todo se volvió negro.

Me senté de golpe llevando mis manos a mi cara, cuando las quité me sentí tranquila al ver que solo fue otro mal sueño, mi respiración estaba bastante agitada. Toqué mi pecho y quité las sábanas de mí saliendo de la cama. Bajé a la cocina bebiendo un vaso de agua fría.

Habían pasado cinco días desde que miré por última vez a William, no sabía absolutamente nada de él y aunque mis ganas de buscarlo fueran enormes mi orgullo no me dejaba. Igual me intrigaba al que él tampoco se pasara por la casa como aquella vez que dejó los chocolate con papá. Llego a pensar que está lo suficientemente ocupado como para no pensar en boberías.

Dejé el vaso a un lado para ir a mi habitación de nuevo, sentándome en la alfombrilla me puse a pensar en los días tan intensos que había estado teniendo últimamente. También en que mamá no había cambiado de opinión y solo le quedaba una semana aquí con nosotros, Tristan al final del día decidió irse junto con ella y también comenzar de cero en otra ciudad, de hecho él trató de convencerme de que era lo mejor pero me negué en todo momento.

Me puse de píe mirando el reloj, 2:56p.m. Bufé molesta conmigo misma, me quedaba solo una semana para entrar a clases y yo seguía aquí despertando tan tarde. Me di una ducha rápida y me vestí con lo primero que encontré, hoy no me importaba que aspecto daría.

No me olvidé de las llaves y bajé rápidamente, saludé a papá que estaba también en la entrada apunto de salir a asuntos de trabajos, me dio un beso en la frente y salí por fin de la casa.

Llevé mis manos a los bolsillos del pantalón mientras caminaba rumbo al cementerio. En el camino compré un pequeño ramo de flores, olía muy bonito.

Me senté en la orilla del cuarzo blanco que decoraba donde yacía mi hermano Chris. Dejé el ramo sobre este mirando con nostalgia.

—Siempre estaré para ti, pequeño. -susurré mientras tragaba el nudo que se formó en mi garganta.

Me estuve unos quince minutos más mirando a la nada, sólo la brisa del día me hacía compañía moviendo ligeramente mi cabello. Besé mis dedos para después ponerlos sobre el cuarzo, sonreí tierna como si este pudiera verme, me levanté con cuidado para marcharme del lugar.

Malédiction Violette. // William Afton. [hombre morado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora