Capítulo 17

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El desprecio con que aquel hombre pronunció cada una de aquellas palabras tuvo el efecto deseado en uno de los dos receptores. Cody miró por un instante a Tommy y tuvo unas ganas irracionales de sacarlo de allí y de ponerlo a salvo. Todo él estaba temblando y, por unos segundos que lo miró fijamente, pudo ver como en su semblante reprimía con gran esfuerzo las ganas de romper a llorar. 

Caroline se quedó justo detrás de su hermano retando a su padre con la mirada sin un ápice de duda ni de miedo en su ser. 

Cody ayudó a la madre de estos dos a sentarse en una silla que estaba en el porche como si alguien la hubiese dejado preparada para aquella situación y se situó al lado de los dos hermanos. De forma instintiva y sin pensarlo, agarró con fuerza la mano de Cody; detalle que a su padre no le pasó inadvertido. 

- Ya veo, así que tú también eres un maricón como el desgraciado de mi hijo - cada una de aquellas palabras hacían que en Cody fuese creciendo un miedo irracional, y tuvo que hacer un gran ejercicio de autocontrol para no abalanzarse sobre él y darle una paliza. 

- Papá - empezó a decir Caroline en un intento por calmar los ánimos -, solo hemos venido a buscar las cosas de Tommy. Ahora está viviendo conmigo y no tienes porque volver a vernos a ninguno de los dos. 

- Y también habéis venido a llevaros a tu madre, ¿o es que crees que no os he oido, maldita desgraciada?

Ante todo esto, Tommy permaneció impasible como un espectador en una película. Todo su ser clamaba por hacer algo, por decir algo, defenderse de alguna manera, pero su cerebro no estaba en consonancia con ningun músculo de su cuerpo. Por mucho que lo intentara, era incapaz de moverse. 

- Si me permites - Caroline hizo un intento de entrar en la casa -, esto está durando demasiado. Si mamá no quiere irse ella es mayorcita y sabrá lo que hace, pero no voy a permitir que estando nosotros aquí hagas volver un dia a mi hermano a por sus cosas para tenerlo para ti solo y poder machacarlo como a ti te de la gana. 

- Te recuerdo que esta es mi casa y tú hace mucho tiempo que perdiste el derecho a entrar en ella como si tal cosa - con un simple paso firme y seco en el suelo impidió a Caroline la entrada. Cody se dio cuenta de que no le hizo falta hacer uso del ejercicio de la fuerza física, pero estaba convencido de que si era necesario no dudaría ni un momento en hacerlo.

- Michael - se atrevió a susurrar la madre de los chicos -, no hace falta ser tan brusco, yo misma les acompañaré o si lo prefieres les bajaré una bolsa con todo lo que Tommy necesite. 

- No te metas mujer y entra en casa de una puta vez - le sentenció acompañándolo con un gesto brusco de la mano a lo que la mujer se limitó y asintió como un soldado derrotado en una batalla. 

- ¡A mamá ni se te ocurra hablarle de esa manera, desgraciado¡

Tras esas palabras, Michael estalló en una sonora carcajada que le hizo perder el equilibrio por unos segundos y apoyarse en el marco de la puerta. 

- Mira por donde, si el maricón tiene cojones, por una vez en su puta vida - Tommy no pudo más con toda la rabia y la impotencia que se estaba acumulando en su interior y las lágrimas empezaron a resbalar por sus mejillas -. Vaya, me hice ilusiones demasiado deprisa, ahí está la nenaza que eché de mi casa. Es una lástima, siempre quise un hijo del que enorgullecerme y fíjate, ante mí, solo tengo una aberración que no tendría ni que haber nacido. 

- ¡Maldito hijo de puta! - chilló Tommy completamente fuera de sí. 

En pocos segundos, Caroline vio como pasaban las cosas a camara lenta, aunque en realidad todo ocurrió en menos de cinco minutos. Michael tenía una sonrisa de superioridad dibujada en su semblante y miraba a Tommy con el mismo desprecio con el que siempre lo miró. En ese momento, se dio cuenta del infierno que su hermano pequeño había pasado dentro de aquella casa. La única persona de allí dentro que podía decir que realmente le había querido fue su madre, su padre no sentía por él el más mínimo afecto, solo odio y desprecio hacia su persona. Tommy se abalanzó sobre su padre con el puño y éste viendo sus intencions puso su pie izquierdo para atrás y levantó el brazo con el puño en alza para dirigirlo directamente a la cara de su hijo. Cuando estaba a pocos centímetros de Tommy, su padre desapareció por un segundo para volver a verlo estampado contra la pared del recibidor. Cody estaba a pocos milimetros de su cuerpo bloqueándole y con el brazo lo tenía sujeto contra la pared por el cuello. Su pierna derecha estaba en la entrepierna de Michael impidéndole cualquier movimiento. 

- Escúchame, maldito desgraciado - Cody estaba fuera de control y no estaba reprimiendo ninguno de sus impulsos, es más, durante un segundo se miró en el espejo que había en la entrada y no reconocía para nada a la persona que se veía reflejada -,  será tu casa y te creerás que en ella puedes hacer lo que te de la gana, y en eso no me pienso meter. Ahora, la cosa cambia si haces daño o molestas a las personas a las que quiero - tras esto, Cody dejó salir la bestia que llevaba dentro y le soltó un puñetazo en el estómago. Michale contraido por el dolor tuvo que aguantar en la misma posición, ya que no podía mover -, entonces no me pidas que me quede mirando como si la cosa no fuese conmigo. 

>> Hemos venido a por las cosas de tu hijo, ¿me has oído lo que he dicho? Tu hijo. Caroline ha sugerido que le propongamos a tu mujer de venir con nosotros y que ella elija. No he dicho nada aunque no lo vea una opción, pero después de ver la clase de monstruo que eres, no va a ser una opción. 

>> Hace muchos años que conozco a tu familia y son unas maravillosas personas que no se merecen, en absoluto, todo el daño que les estas haciendo ahora mismo. No quiero ni pensar en todo el daño que les habrás hecho durante años - terminó todo eso levantando la pierna y propinándole una patada en la entrepierna y dejando que Michael arrastrara su cuerpo hasta el suelo y se quedará allí impávido -. Ahora ya puedes decir que un maricón te ha jodido, seguro a que a tus amiguitos lems encanta. 

El tiempo restante hasta que volvieron prosiguió en el más absoluto silencio. Caroline, Tommy y su madre subieron a la planta de arriba a recoger todas sus pertenencias para salir de aquella casa y no volver a entrar nunca más. Por su parte, Cody se quedó mirando fija y amenazadoramente a Michael asegurándose que no se movía de ahí. 

Una vez en el coche, nadie se atrevía ni siquiera a respirar. Cody notó como la mano de Caroline rozaba la suya en el cambio de marchas, pero ni siquiera le devolvió la mirada suplicante de su amiga que esperaba alguna respuesta o explicación de lo que había pasado, pero sus ojos estaban puestos en Tommy quien tenía la cabeza apoyada sobre el hombro de su madre. Tenía la mirada ausente y perdida en el horizonte, pero quien si que le devolvía la mirada era la madre de los chicos. Esperaba que fuera una mirada de miedo, pavor o respeto, pero al mirarla fijamente solo pudo leer en ella compasión. 

Quien quieras excepto él Where stories live. Discover now