Quien quieras excepto él

Capítulo 30

Cody se levantó de la cama después de haber dormido a trompicones las últimas semanas. Cada mínimo detalle era importante. Quería que todo saliera perfecto y que fuera una cita inolvidable para Tommy. Por ello, había pensado en todo. 

El local escogido era el favorito de Tommy, situado en el casco histórico de la ciudad. La música que iba a sonar toda la noche era música en acústico de su grupo favorito. Era lo que más tiempo y dinero le había costado, pero tenía muy claro que quedaría compensado cuando él entrase por la puerta y con una luz muy tenue empezasen a tocar los primeros acordes de su canción. 

No iba a haber nadie más y solo iban a estar los dos solos a excepción de Rob quién les iba a hacer de camarero y somelier para hacer el teatrillo de que era una cena fina y elegante. 

Había preparado dos regalos para él que eran la máxima expresión de compromiso que se le ocurría mostrarle a Cody y al mundo entero, solo esperaba que los apreciase y le gustase tanto cómo a él. 

Caroline había sido la encargada de mantener a su hermano alejado de él. En ningún momento le habían desvelado ni el mínimo detalle y eso hizo que Tommy estuviera enfurruñado y con un ligero cabreo, pero era un mal menor que debía afrontar para lo que estaba planeando. 

Más que el grupo o que cualquier otro detalle lo que más le había costado era el organizar cómo llevar a Tommy hasta la cena sin que él sospechase absolutamente nada. Había pensado en llevarlo engañado con la excusa de que debían hablar con él, o con alguna artimaña como llevarle con los ojos vendados hasta un lugar; pero la madre de él argumentó que su hijo era demasiado inteligente como para dejarse engañar con una broma tan burda. 

Caroline no había podido mantener la boca cerrada y se lo contó a su madre. Algo que había planeado hacer él solo como algo íntimo y personal se había convertido en un plan familiar en el que habían intervenido y participado las dos mujeres del mundo que más querían y mejor conocían al que si aquella noche iba todo bien se iba a convertir en su futuro.

Debía agradecer enormemente la ayuda que le prestaron, pues ellas tuvieron presentes pequeños detalles que a él se le habían escapado o no había tenido en cuenta. Cosas sin importancia para él pero que Tommy tendría en cuenta. 

Todo el tiempo de preparación de la cita había estado ansioso por no olvidar nada y que todo fuese perfecto e inolvidable pero siempre había estado calmado, pero conforme se iba acercando la hora de la cita los nervios se iban apoderando de cada una de las células de su cuerpo. 

Estaban Caroline, la madre de los chicos y Cody y éste último literalmente temblaba del miedo. 

- Va a ser verdad que estas enamorado - broméo Caroline -, te conozco desde hace muchos años y siempre has sido muy tozudo y persistente en tus ideas, y por mucho que todos nos hubiesemos opuesto siempre tuvieste claro que lo escogerías a él. 

- Estoy aterrado de lo que voy a hacer. Yo - empezó a intentar decir - no quiero a nadie a excepto a él.

Ambas mujeres se quedaron abrazadas a él como si al dejar de hacerlo fuese a desvanecerse y no existir nunca más, pero si algo tenía claro es que no quería desaparecer y quería seguir allí, para siempre, con él. 

- Se acerca el momento y vas a tener que hacer que venga, sino esto que has organizado no va a servir de nada. 

- El problema es que no se me ocurre ninguna manera de hacerle venir sin que sospeche nada. 

- Dejádmelo a mi - sentenció su madre - le iré a buscar y le diré que venga conmigo a hacer cualquier cosa, soy su madre y a mí no me puede decir que no. Lo traeré conmigo y le pediré que entre, entonces cuando entre tú estarás dentro y será todo tuyo. 

- ¿Quieres decir que no sospechará nada?

- Es un riesgo que debes correr. 

El tiempo nunca había pasado tan deprisa. Caroline se marchó dejándolo a solas con sus pensamientos, miedos e inseguridades. Cody no paraba de dar vueltas sobre sí mismos hasta que oyó la voz de la madre de Caroline al otro lado de la puerta. 

- Esperame dentro, ahora vengo.

Cody se situó al fondo de la sala e hizo una seña con la mano a la banda para que empezaran a tocar. Cuando se abrió la puerta Tommy tenía una mueca de asombro en el rostro y empezaron a caerle lágrimas de los ojos. Dio un paso al frente y de la mesa que tenía a la derecha cogió las dos cajas y sin decir nada se las tendió para que las cogiera. 

Tommy, con la misma expresión de asombro, lo cogió con sus manos. Abrió las cajas para descubrir que en una de ellas había una alianza con su nombre grabado y la fecha en la que se conocieron y en la otra había unas llaves. Sin terminar de entender muy bien que significaba aquello miró a Cody quien tenía una sonrisa estúpida dibujada en su rostro. 

- Quiero que estemos tú y yo juntos para siempre.