Capítulo 22

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Miró a su amiga como buscando su aprobación para levantarse de la mesa e ir a dar una vuelta. La miró durante unos segundos y vio que estaba concentrada en el móvil hablando alguien por lo que supuso que si se levantaba un rato ella no se daría cuenta de su huida.

Con su copa en la mano se posicionó en un lado del bar, entre la barra y la salida de emergencias ya que era desde dónde mejores vistas de todo el club tenía. Pasados unos minutos vio a un chico que le miraba con mezcla de curiosidad y deseo. Era un muchacho delgado pero bastante mono de cara, con unos profundos ojos azules y un aspecto infantil. Le resultaba extrañamente familiar y le dio cierto reparo acercarse. Pensó en cómo acercarse y que decirle, pero no le hizo falta pues cuando se quiso dar cuenta el muchacho ya estaba enfrente de él.

-¿Nos tomamos una juntos? - aunque aquellas palabras eran la mar de inocentes, Cody no pudo evitar el verle una doble intención. Miró al chico que tenía enfrente de arriba a abajo. No se podía negar que era muy guapo y tenía un físico digno de envidiar. Levantó la vista y detrás del muchacho, sentada en la mesa vio a Caroline, su mejor amiga y la hermana del chico que sin motivo aparente había despertado un gran interés en él.

- Tal vez en otra ocasión - dejándolo con la palabra en la boca fue directo a la mesa donde estaba sentada su amiga - ¿Volvemos a casa?

Caroline se quedó sorprendida por la pregunta de su amigo ¿Llevaban semanas planeando esa noche y de golpe y porrazo el quería dar la velada por terminada? No comprendía nada. Quiso preguntar pero la experiencia y lo bien que lo conocía sabía que no era una buena opción. Se levantó, cogió sus cosas y se fueron al coche.

Condujo durante unos minutos estando los dos en el más absoluto silencio y con miradas incómodas. Sentía que cada vez que ella le miraba, él desviaba la vista hacia otro lugar ¿Qué demonios le estaba pasando?

Al llegar al cruce con la avenida principal y estar a pocos minutos de llegar a la residencia de estudiantes y el que había sido su hogar los últimos cuatro años, Caroline se dio cuenta de que aquellos preciosos ojos azules de su amigo la miraban fijamente.

- No sé lo que me ha hecho... - las palabras se le atoraron en la garganta y le impedían continuar hablando.

- ¿Quién?

- ¡Tu hermano! - dijo alzando la voz y empezando a temblar - He intentado hacerme el duro y poner distancia, pero al verlo hoy he empezado a sentir cosas... - la voz cada vez le temblaba más y unas pocas lágrimas empezaron a deslizarse por sus mejillas -. Cosas que creía haber apartado de mí.

- ¿Qué intentas decirme? - en su fuero interno sabía exactamente a que se estaba refiriendo pero era incapaz de admitirlo.

- Si fuese de otro modo no me hubiera marchado del bar, hubiera...

- Te hubieras ido con el chico que te ha invitado a una copa y yo me hubiese quedado sola hasta que te hubiera cansado de jugar con él - sentenció Caroline.

- Al tenerlo delante, ganas no me han faltado pero ha habido algo en él que me ha hecho pensar en Tommy y no he podido. No he tenido ningunas ganas, solo me apetecía estar con él.

- Basta - hizo callarle - no quiero, no puedo oir esto. Ahora no.

Llegaron a la residencia, y de nuevo, ambos volvieron a bajar del coche en completo silencio y se dirigieron a cada una de sus respectivas habitaciones. Ambos, sin que ninguno del otro lo llegase a saber jamás se durmieron llorando. Caroline por ser consciente de que su mejor amigo estaba enamorado de su hermano pequeño y eso ya no lo convertía en su enano. En aquel ser indefenso y vulnerable que ella debía proteger del mundo, sino que era un hombre capaz de despertar pasiones en otros hombres. Cody, por su parte, lloró por la impotencia de no hacer nada y tener que reconocer que después de tantos años había encontrado a alguien que podía trastocar su mundo entero.

Quien quieras excepto él Where stories live. Discover now