Capítulo 5

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Así como los primeros días tenía la sensación de ser un mero invitado en casa de su propia hermana conforme estos iban pasando cada vez lo notaba más su hogar. Poco a poco se había haciendo un espacio en cada una de las habitaciones y los amigos de Caroline, que iban bastante a menudo, hablaban de los dos como si estuvieran compartiendo piso.

- Esta noche es el cumpleaños de Cody, ¿cuento contigo para qué vengas o preferes quedarte en casa?

- Me irá bien salir un rato del piso, apenas hago vida salvo cuando salgo a hacerte algún encargo.

- Vale, pues cuando salga de mi turno en el hospital estáte preparado, te aviso al móvil, bajas y te llevo en el coche al restaurante, ¿de acuerdo?

Tenía mucha expectación por ir al cumpleaños de Cody pero no sabía exactamente porqué era. No tenía muy claro si atribuirlo a que iba a ser el primer día después de unos cuantos en que saldría a la calle y se relacionaría con gente, o bien que lo veía como una oportunidad de conocer gente diferente a la que había conocido hasta el momento, o se trataba del hecho de poder compartir tiempo con su hermana después de tanto que no estaban el uno con el otro, o era posible, aunque algo en su interior le decía que era una completa locura era por estar con Cody. De los tiempos de universidad de Caroline tenía un recuerdo fantástico de él y la verdad es que había sido un verdadero encanto yéndolo a buscar a la estación de autobuses cuando no tenía ninguna obligación. Sabía de sobras que lo hizo como favor a Caroline. 

Al abrir el armario se dio cuenta de que la ropa que había traído no era para ir a cenar fuera ni hacer planes fuera de casa, tampoco es que en el momento de la partida hubiese pensado en hacerlos. Algo en su fuero interno le dijo que debía ir un poco más decente para esa cena y no de cualquier manera. Instintivamente llamó a su hermana, pero al estar dentro del trabajo ya no consiguió contactar con ella. Se dirigió a la mesita dónde estaba el teléfono situada justo enfrente de la habitación dónde él dormía y en la pizarra que había encima, pegado en un post it estaba el teléfono de Cody. También era casualidad. Marcó el número en su teléfono y se sintió rídiculo al mostrarse nervioso mientras daba señal. 

- ¿Qué pasa? ¿Todo bien? - le pareció encantador que el tono de su voz fuese de preocupación. 

- Sí, sí, tranquilo, no ocurre nada. Es solo que necesito comprarme algo para esta noche que por lo que se ve es tu cumpleaños y no habías dicho nada - él mismo se sorprendió de la confianza con la que le estaba hablando. 

- Verás, cumplir años no es algo que me guste mucho y es de esas cosas que prefiero mantener en secreto - hizo una pausa como si estuviera pensando que comentario ingenioso iba a soltar -. ¿así que te vas a poner tus mejores galas para la cena? Supongo que debería sentirme halagado de que te tomes tantas molestias. 

- Tanto como mis mejores galas, es solo algo que no sea un chandal, prefiero decir que me compro algo que sea más para cualquier ocasión. 

- Claro, te acompaño sin problema ¿Quieres que vayamos al centro comercial?

- Sí - sentenció sin pensárselo dos veces. 

- Perfecto, pues paso por vuestro apartamento. Estaré ahí en unos diez minutos. 

Nada más colgar tenía una mezcla de sentimientos entre ansioso y nervioso. Se sentía como un niño de quince años al que su crush le invitaba a salir. Nada más lejos de la realidad. Cody era el mejor amigo de su hermana mayor y nada más. Se dio una ducha rápida y esperó a que llamase al timbre para bajar e ir a comprar. 

Llegaron al centro comercial poco antes de la hora de comer. Aparcaron fuera del establecimiento y bajaron del coche. A pesar de que el trayecto había sido muy corto Tommy se sentía las piernas entumecidas. Cody iba a paso ligero, como si tuviera prisa, y no dejaba de hacerle pequeñas bromas aludiendo que iba igual de deprisa que un abuelo con un caminador, a lo que el muchacho solo pudo responder con carcajadas nerviosas. 

Quien quieras excepto él Where stories live. Discover now