XLVII.

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Minutos después de la reunión.

Los estudiantes de la U.A, incluidos los Tres Grandes, se encontraban sentados alrededor de una mesa. Cada uno con diferente expresión en su rostro.

- Que frustrante- expreso Kirishima.

Todos habían terminado de escuchar de la mano de Mirio e Izuku el encuentro con la pequeña Eri hace ya días.

- Deku...- expresó Uraraka observando la mirada gacha del peliverde pecoso.

Incluso Tamaki se encontraba más nervioso que de costumbre, jamás había visto a Mirio tan decaído.

¡Ding!

La puerta del ascensor se abrió.

- ¿Qué les sucede?- preguntó Aizawa saliendo caminando.

- ¡Sensei!-

- Llámenme Eraserhead cuando estemos fuera de la escuela- exclamo llegando con sus alumnos-. Originalmente planeaba suspender sus internados hoy...- mencionó soltando aquella información como una bomba.

- ¡¿Eh?! ¡¿Justo ahora?!- expresó el pelirrojo indignado.

Al lado suyo, Naruto se hallaba en un mortal silencio, algo raro en el. No era común ver al chico callado, siempre andaba de aquí para allá, todo revoltoso.

- Todos han oído de la posibilidad que la Liga de Villanos esté en el asunto, eso cambia las cosas. Sobretodo en ustedes dos- informó apuntando a Midoriya y Naruto-. Aún no he restablecido mi confianza en ti, Midoriya. En cuanto a Uzumaki, no creo que estés mentalmente preparado para esto-

- ¡Yo...!-

- Déjame hablar, Uzumaki- interrumpió Aizawa-. Desde el primer ataque has estado continuamente en batalla contra la Liga. Con todo lo que ha pasado, no creo que puedas contener la fuerza de tus golpes- sentenció.

Naruto apretó sus puños.

- No quiero que cruces la delgada linea que hay entre héroe y villano- expresó Aizawa removiendo los cabellos de su estudiante-. Pero, confío en ti. En ustedes- mencionó viéndolos a todos-. Demuéstrame tu determinación. Prométemelo, Uzumaki. Prométeme que solo usarás tus manos para rescatar a las personas...-

Naruto se levantó de su asiento con una mirada decidida.

- ¡Lo prometo, sensei!- gritó el chico.

Naruto miro sus manos para luego apretarlas formando puños. Por un leve momento pudo apreciar aquellas manos, su piel, sucias por la sangre de su abuelo.

- ¡No volveré a mancharlas! ¡Estas manos... son para salvar a las personas! ¡Es una promesa!-

Aizawa sonrió de lado.

- Entonces, sigue mirando hacia adelante y avanza-

- ¡Yo lo seguiré por siempre, sensei!- gritó Kirishima.

- No, por favor, no por siempre- expresó Aizawa .

- ¡Lo siento!-

- ¡Kirishima, gritas mucho!- se quejo el profesor sacándole unas risas a todos.

Sin embargo, a veces, las promesas no se cumplían.

Sin embargo, a veces, las promesas no se cumplían

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Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora