LXI.

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Sus dedos se aferraron con fuerza a esa pequeña abertura en la pared. Sus pies reposaban sobre un diminuto margen de dos centímetros. Un solo error y se encontraria con una caida de cientos de metros.

Paso a paso. Mano izquierda, mano derecha. Pie izquierdo, pie derecho. Naruto siguió subiendo aquella montaña.

Segundos, minutos...

Sus brazos gritaban cansados queriendo tomarse un pequeño viaje de ida. Tomo un respiro junto a una gran bocanada de aire dejando solamente apoyado contra la pared su torso y rostro.

El sonido de un aleteo lo saco de aquel reposo. Tuvo que entrecerrar la mirada para dar mayor nitidez a su vista ante los rayos de Sol golpeando su rostro.

Un águila surco por el vasto cielo, libre, sin limites en su viaje.

Sonriendo, con energías renovadas, siguió con la escalada.

Paso a paso...

De pie en la cumbre, cayo de bruces al suelo volviendo a tomar otro descanso, pero esta vez con una expresión de victoria en sus facciones.

- Llegue...-

Giro sobre si mismo, quedando espalda al suelo, observo el hermoso celeste del cielo despejado. Estando en la punta de la montaña más alto, el escenario era algo esplendido. Una belleza privilegiada que no todas las personas podían presenciar en persona. Era como el dulce sonido de una orquesta.

La misma águila sobrevoló encima del muchacho para seguir con su vuelo en solitario.

- ¡Naruto!-

El muchacho se levanto lentamente del suelo sin perder de vista al hermoso animal. Tuvo que darse media vuelta observando el paisaje detrás suyo. Y allí, su expresión cambio.

El águila dio otro aleteo dirigiéndose más allá, lejos del muchacho.

Naruto solo sonrió ante la nueva vista.

A lo lejos montañas de mayor tamaño parecían estar riéndose del muchacho. De aquel tonto pensamiento. ¿Qué ya había llegado a la cima? Su viaje apenas iniciaba. Solo había escalado una de las montañas más pequeñas.

- ¡Naruto! ¡Oye!-

El rubio dio un respiro profundo dejando que los fuertes vientos de aquellas alturas jugaran con sus cabellos. Sus ojos zafiros jamás perdieron aquel brillo, es más, se habían intensificado.

- Apenas empiezo, ¿no?- río comenzando a caminar hacia aquellas montañas.

A paso lento, a paso seguro.

- ¡Naruto!-

El rubio abrió sus párpados despertándose de aquella visión que tenia, aquel sueño.

- Hasta que me pones atención, llevas días perdido en tu mundo- expresó Mina volviéndose a sentar al lado del muchacho.

- ¿A que te refieres?- interrogo Naruto masajeando detrás de su cabeza viendo a su alrededor.

Afuera del departamento, la noche ya se hallaba presente. La mayoría de sus compañeros se encontraban en la sala pareciendo discutir de un tema.

- Casi ni has hablado en estos días. Dime, ¿alguna idea para el festival cultural?- preguntó Mina.

- ¿Festival cultural?- repitió un Naruto chibi ladeando su cabeza hacia un costado.

- A eso me refería con que llevas perdido en tu mundo...- musitó Mina dando un suspiro comenzando a explicarle al muchacho.

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora