X.

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Al día siguiente.

Dio un bostezo tratando de despejar el sueño que llevaba encima suyo. Las clases de la mañana por fin habían terminado y tocaba almorzar.

Una pequeña sonrisa se instalo el rostro de Naruto, al ver la escena en frente del salón. Decenas de estudiantes habían venido a observarlos, más bien a estudiarlos. Según los resultados del festival se consideraba incorporar a ciertos estudiantes en el curso de héroes. Y también, podría pasar lo contrario.

- Da igual mientras alcances la cima-

La pequeña sonrisa de Naruto se transformo en una enorme al escuchar las palabras de Bakugou.

- ¡Que sencillo y masculino!- expreso Kirishima de pie soltando un par de lagrimas al lado de Naruto.

- ¿La cima? Tiene sentido- revelo Tokoyami.

- ¡No se dejen engañar! ¡Está creándonos enemigos!- apunto Denki con su dedo al rubio ceniza.

- Pero, tiene razón- exclamó Naruto levantándose de su asiento-. ¿Que dices, bro? ¿Entrenamos juntos?- pregunto extendiendo su puño derecho hacía el pelirrojo del grupo.

Kirishima sonrió chocando puños con el rubio.

Kirishima sonrió chocando puños con el rubio

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Anochecer.

Desajusto el nudo de su delantal de cocina, dejándolo en un pequeño perchero a la salida.

- Aquí tienes- expreso Naruto poniendo el plato de comida sobre la mesa.

Mirko observo el plato de curry delante de ella, para enseguida poner una expresión agria en su rostro.

- ¡Detesto la cebolla! ¡Puaj!- exclamó la mujer lanzando un pedazo pequeño del ingrediente al suelo.

- ¡No tires la comida! ¡¿No ves que es una falta de respeto hacía el agricultor que la cultivo?!- protesto Naruto.

Mirko no le dio importancia al asunto y se enfrasco en la batalla por separar la cebolla del plato. Naruto dio un pequeño suspiro. Aquellas escenas eran muy comunes en la casa desde que Rumi estaba con él. Pero por más que la regañara, jamás se enojaría con ella. Su presencia le hacía sentir la calidez de un hogar.

- Rumi-chan-

- ¿Mh?- Mirko alzo su mirada para observar al muchacho, no era su culpa que las zanahorias de la salsa estuviese tan ricas.

- ¿Cuantas veces te he dicho que no dejes tu ropa por ahí?- expreso señalando un sostén en el suelo a metros de donde estaban comiendo.

Mirko solo alzo sus hombros restandole importancia.

- ¡Vamos, Naru! ¿Acaso la ropa interior de una chica te avergüenza?- se burlo dejando de comer-. Solo los vírgenes dirían algo así- exclamo dando otro bocado a su comida.

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora