IX.

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5 A.M.

Con detenimiento, observó como aquel liquido de color violeta, entraba en su torrente sanguíneo.

Dio un pequeño suspiro cuando la sustancia desapareció por completo dentro de su cuerpo. Retiro la aguja de la jeringa de su antebrazo derecho. Veneno.

Cada día, a la mañana o al anochecer, Naruto se inyectaba una pequeña dosis de los venenos más peligrosos del mundo. Todo con el objetivo de hacer su cuerpo inmune a cualquier paralizante, veneno o somnífero.

Por azar del destino, o evolución, los Uzumakis tenían una gran resistencia. Capaces de correr el doble, saltar el doble, y más fuerza que cualquier ser humano corriente. Esto solo se vio potenciado en Naruto gracias al quirk mono que tenía, dándole un plus a todo lo anterior.

Naruto miro su reflejo frente al espejo. Dos cosas habían cambiado desde su pelea contra Nomu el día de ayer. Su nueva cicatriz en el lado derecho de la boca, y su mirada.

- No he podido dormir bien-

Los recuerdos de la paliza proporcionada por Nomu, y que no pudo hacer nada contra aquel monstruo, no lo dejaron dormir como hubiese querido.

- Aunque también hay otra cosa- susurro con una pequeña sonrisa pensando en la nueva habitante de la casa.

Se irguió por completo dejando tronar varios de sus huesos, y estirando sus músculos recién despiertos. Era hora de su entrenamiento matutino, como cada día.

 Era hora de su entrenamiento matutino, como cada día

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6:30 A.M.

Rumi Usagimaya, más conocida como la heroína Mirko, bostezo mientras se despertaba en su nueva cama. Maldecía a esos estúpidos villanos. Sino existiesen podría dormir más. También se maldecía a ella misma por aceptar la misión que haría hoy. Malditos narcotraficantes que trataban de traer drogas a Japón.

- ¡¿Quien en su sano juicio convoca a tantos héroes para una misión encubierto?!-

De mal humor se levanto yendo al baño para darse una buena ducha. Tendría que apurarse, sino llegaría tarde.

Minutos más tarde, secaba su cabello con la toalla, siendo guiada por los sonidos de la habitación más alejada.

- ¡Entro!- exclamo la chica abriendo de sorpresa la puerta.

Ahora si que maldecía a todos en este planeta. Tendría que irse a aquella misión perdiéndose de la visión que penetraba sus ojos en este momento.

Naruto estaba sin remera, sudado, haciendo abdominales colgado de una viga del techo.

- Ah, Rumi~

Naruto dejo de hacer ejercicio y de un movimiento cayó al suelo quedando de pie.

- ¿Ya te vas?- pregunto observando a la heroína que llevaba su traje.

Rey Mono.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora