Arranged marriage [Jenlisa G!p]

08

Jennie pov.

- ¡Señora Manoban!- Grito pero inmediatamente pongo mi mano sobre mi boca, olvidé que estamos en unos grandes almacenes.

-Te dije que me llamaras Eunji, si es muy difícil de recordar, siempre puedes llamarme mamá. - sonríe, entregándome la lencería antes de dejar que la cortina del vestidor se cierre.

Me quedo allí un momento pensando en ella diciéndome que la llame mamá.

No parecía que estuviera bromeando.

Eunji es una madre en todos los sentidos de la palabra, solo he pasado un puñado de horas con ella, y ya puedo decirlo.

Me pregunto cómo habría sido crecer con una madre como ella, una que te amara incondicionalmente, una que
no criticara todo lo que hacías o usabas.

Rosé y yo siempre hemos tenido un vínculo especial desde que éramos niñas, siempre hemos sido nosotras contra el mundo, no solo porque somos hermanas y nos amamos, sino porque confiamos la una en la otra.

Sabíamos que siempre estaríamos ahí para la otra y nunca nos haríamos nada cruel o malo.

Levanto la lencería blanca que Eunji me dio, se suponía que íbamos a mirar los zapatos. ¿Cómo terminé en este vestidor con mi futura suegra eligiendo lencería para mí?

- ¿Te la vas a probar?- pregunta mi hermana. Puedo decir que ella está tratando de luchar contra una risa.

Abro la cortina y la miro fijamente.

-Incluso si lo hago no es como si fuera a modelarla para ti.

Pone los ojos en blanco. -Va debajo de tu vestido de novia en el que tengo que ayudarte a meterte. - sonríe.

Resoplo, dejando que la cortina se vuelva a cerrar.

Me lleva un segundo meterme en ella.

Una vez que me la pongo, jadeo cuando me doy la vuelta para verme en el espejo.

Por una vez no odio mis caderas.

Tengo una figura perfecta de reloj de arena, me hace sentir sexy.

Me hace preguntarme instantáneamente cuál será la reacción de Lisa cuando me vea con
ella.

Rosé mete la cabeza, apartándome de mis pensamientos.

-Maldición, hermana- Me muerdo el labio.

- ¿Se ve bien?

-Oh, sí. - mueve las cejas. - ¿Cómo está la planta baja? ¿Vas a necesitar depilarte antes de tu gran noche?- Me miro a mí misma.

Ni siquiera había pensado en eso.

Me mantengo recortada, pero con la
luz sobre el material blanco se puede ver hasta el más mínimo de mi pelo.

- ¿No es eso doloroso?

-Creo que sí, voy a conseguir uno contigo. - Deja caer la cortina y se va.

Esperemos que no por más lencería.

Me miro a mí misma un momento más, esperando que Lisa piense que me veo tan sexy como me siento en esto.

Mis labios hormiguean al pensar en el beso que me dio cuando estaba completamente vestida, el pensamiento de cómo reaccionará al verme así hace que se me endurezcan los pezones.

Me doy la vuelta cuando la cortina comienza a abrirse de nuevo
pensando que es un empleado de la tienda que tiene algo más para
probarme.