VI

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Hannah

Camino por los pasillos solitarios después de que la hora de almuerzo termina estoy en una hora de descanso, que debería usar para recortar mis horas de detención, pero no encuentro a Lucía, cuando termino mi clase de historia, salió cinco minutos al baño y dijo, que me esperaría en la cafetería

Ya que no le daba tiempo de regresar, pero nunca apareció y según se ella tiene otra clase, así que camino al baño, la puerta del conserje se abre y sale Aaron de ahí, enarco una ceja pero inclinó la cabeza y sigo mi camino, siento como sale alguien más atrás de él y no tengo que ser adivina para saber que es Stacy

Solo sigo mi camino, empujó la puerta del baño y huele horrible, camino por todo el lugar, hasta que encuentro a a Lucía

—Luci — corro a su encuentro, puedo ver su mejilla palpitando, está arrodillada sobre el último cubículo cubriendo sus ojos — ¿Que paso?

—Nada, sabes que esto es normal — susurra, y tengo que ayudarla a levantar, le lavo la cara quitando sus lágrimas — tenemos que ir a una fiesta está noche — responde y enarco una ceja, me ve y sonríe — fue su manera cordial de invitarnos

—Fue una amenaza — respondo en un susurro y ella no dice más nada dándome la razón, se lava bien la cara y se recoge el cabello, antes de decir que está bien, que no le paso más nada y que nos veremos en casa

Pero no puedo dejarla así, así que voy tras ella, e ignorando el miedo de que Nathaniel salga de algún lugar la persigo, pero ella huye de mi hasta que entra a su aula, sin dejarme tiempo a más nada, muerdo mis labios y camino en dirección a la oficina del único que puede poner orden, yo acepto que se metan conmigo porque se bien cómo defenderme y aguantar

Pero Lucía No, a ella la criaron débil, como dijo una vez, la criaron para servir

Suspiró y me sostengo de la pared, cerrando los ojos, siento la presencia de alguien y sobresaltandome pensando que es Nathaniel, abro los ojos, pero no, me recibe un cabello grisáceo, con una actitud prepotente, joder odio eso de el

Me toma la mano y me arrastra hasta entrar a una aula vacía, está todo oscuro y me coloca en un rincón colocando una mano sobre mi cuello

—Tenemos que hablar — dice, haciendo presión sobre mi cuello

—¿Por qué no pueden actuar como personas normales?— gruño, tratando de apartarlo pero me aprieta más —¿Que quieres, Aaron?

—Debes decir, señor Marconi — se burla y ruedo los ojos, quería ir a detención ahora tengo que hacer algunas horas más, seguramente, lo sé cuándo anuncian por los altavoces que las clases han terminado y todos pueden volver a casa, debo llegar en 5 minutos y con el casi sobre mi no creo que pueda — dije que tenemos que hablar

Su voz me hace apretar las piernas, quiero ignorar siempre esa punzada que da mi entrepierna cada que habla pero no puedo, por más que lo odie, suspiró y lo veo para que me diga que es lo que quiere, hace una mueca y después sonríe cuando baja la vista

—Es obvio que no nos agradamos— empieza

—¿Por qué dices eso?— pregunto con sarcasmo — ¿No notas mi cara de amor puro cada que te veo?— sonrió con ironía y el se inclina más mordiendo su labio inferior y un calor que empieza subir desde mi vientre, me hace apretar aún más las piernas

—No empieces con tus ironías que las maneras que quiero que te calles no puedo aplicarlas — su otra mano, se cierra en un puño antes de volver a hacer una presión en mi cuello — mi padre quiere que nuestros pueblos se unan...

—Eso escuché, ¿Y eso en que te afecta?— pregunto, suspira rodando los ojos

—Las leyes dicen que no puedes interrumpir a un miembro de la realeza — gruñe y sonrió porque por la posición en la que estoy tampoco está entre las reglas, y el lo sabe bien — tu vas a ayudarme para que tú rey no acepte la unión

Del Otro Lado [Trono #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora