XI

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Aarón

Miro por la ventana de la mansión, sintiendo la calefacción insuficiente por el frío, aprieto el abrigo en mi cuerpo, viendo un lugar en específico, cada que pasó por ahí siento como si me estuviesen observando, y ahora tengo más curiosidad en saber quién se oculta ahí, quien vive ahí y por qué su casa está prohibida

—Deja de ver esa casa — hablan a mis espaldas y me giro para ver a mi padre, enarco una ceja esperando que hable, pero no lo hace así que lo hago yo

—Solo quiero saber porque está prohibida — aprieto los labios, y el sacude la cabeza — se que no me lo vas a decir, ¿Cuando regresaremos a la capital? Según se, las tierras ya son muestras, los norteños les gustó la iniciativa que di y ya están bien

Es decir el jodido problema ha sido resuelto

—Te lo dije ayer y te lo repito — anuncia despacio y creía que el tema había quedado claro — no nos iremos hasta que decidas alguna de esas mujeres para casarte

Me río, este lugar está lleno de mujeres, al parecer, los padres de la capital las envían aquí cuando quieren que sus hijas sean tomadas en cuenta, de aquí salen la mayoría de las esposas de los altos mandos, pero ese no va a hacer mi caso

—No lo haré, — expreso tranquilo — me tengo que casar en 3 años, escogeré a mi esposa un día antes de eso — lo veo hacer ese gesto de nuevo — y no será del norte, será de la capital o de otra región del país

—Robert...

—Padre, no me casare con alguien que me impongas y si llegas a hacer eso viajaré a otro país y me casare con alguna de sus mujeres y no podrás hacer nada — lo rodeo antes de bajar las escaleras y llegar a la cocina

La mansión está más llena de personas, el hombre que me dió la vida ha intentado por todos los medios meterme a alguna de las personas que viven aquí, pero como dije a mi no me interesa ninguna, tal vez solo para pasar una noche, pero están tan adoctrinadas y sumisas que no pasará porque querrán que cargue una responsabilidad que no tomaré

—Alteza, ¿Desea una copa de vino?— me pregunta alguna y asiento, viendo algunos copos de nieve caer, siento el movimiento a mi lado y rápidamente escucho como la copa de vino queda a mi lado —¿Desea algo más?— sacudo la cabeza, alargando la mano para tomar la copa

La levanto y meneo un poco, luego de oler la llevo a mis labios, sintiendo un sabor extraño pasar por mi garganta, veo la copa viendo el color del vino, y es normal, vino tinto normal y la bajo aún sintiendo el sabor extraño

—Bebe un sorbo — pido, hacia la mujer que me la extendió, espero paciente poniendo mi mirada en ella, ella traga en seco, señal de que me oculta algo, pero avanza y posa sus labios en la copa, bebiendo de ella

—Esta bien, su majestad— afirma y no logro saber que oculta, así que solo me levanto quitándole la copa y vaciandola sobre el lavaplatos y saliendo de la cocina

Subo de nuevo las escaleras con la pregunta de la mujer si estaba bien y si necesitaba algo más, me encierro en mi habitación y suelto los botones del abrigo, siento un calor subir por mi vientre y camino al espejo viéndome, puedo observar como mis pupilas se dilatan y como mi pecho se infla, como mi ropa molesta y odio este lugar y lo que esa maldita hecho en mi bebida, y si quería que tuviese esta reacción, entonces le daré su propia probada

La mando a llamar y puedo ver cuándo entra sus mejillas encendidas y su boca entre abierta, es un afrodisíaco, puedo comprobarlo y algo fuerte porque solo con un sorbo, quiero follar hasta saciarme, por eso la mandé llamar a ella ya que solo será usada y desechada y si creía que haciendo esto, sería la futura reina de Salisbury, solo será la puta de una noche del principe

Del Otro Lado [Trono #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora