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Skip time después de cenar.

- ¿En dónde dormiras, Lucía, cariño? - Preguntó mi madre colocandome un mechon de pelo tras la oreja izquierda.

- Conmigo señora. - Intervino Camilo, al sentir la mirada de mi padre sobre él se puso nervioso. - E-eh, n-no me refería a... D-dormirá en mi habitación, n-no juntos en la misma cama, en mi habitación.

- Si te entendimos, cariño, asustas a Camilo. - Mi padre se quedó callado. - Bueno, nos vamos, hasta mañana.

- Hasta mañana mamá y papá.

Camilo me agarró de la mano y me llevó a su habitación. - Si tienes sueño duerme, te quiero llevar a un sitio cuando todos se duerman.

Pasó 1 hora y Camilo se había quedado dormido. - Al final, ¿quién se quedó dormido? - Sonreí viéndole dormir, estaba sentado contra la puerta de su habitación, con sus típicos rizos cayendo de poco en poco en su cara. Era adorable, pero tenía que levantarle, supongo que su familia esté dormida. - Camilo. - Susurré desde su cama, no recibí respuesta alguna. - Cami, despierta. - Era como si le estuviera hablando a la pared. Me dirigí hacia él y me senté a su lado. - Camilo, despierta, vamos grandullón.

-Cinco minutitos más... - Habló para luego acomodarse de lado y abrazarme.

- Camilo, ¿no que me querías llevar a un sitio? Vamos, despierta. - Acaricié sus rizos y él poco a poco fue despertando.

- Mhmm, vamos. - Dijo soltandome y levantándose.

Me levanté. - ¿Se puede saber a dónde vamos tan tarde?

- Mhhmm, no. - Abrió la puerta y me agarró de la mano. - Casita ayúdanos a llegar al tejado.

¡¿Al tejado?! ¿Acaso está loco? ¿Me empujará desde el tejado y luego dirá que me resbalé y caí? Lucía relájate... Camilo no es así, ya sabes que es un amor de persona y no puede matar ni a una mosca. ¿Qué me querrá enseñar en el tejado?

Me aferré a él cuando casita nos ascendió hasta el tejado y aún allí no lo solté. - Llegamos, ven. - Se zafó de mi agarre y me agarró la mano delicadamente. Me guió hasta un lugar del tejado en el que había una manta. Soltó mi mano. - Acuéstate. - Hice lo que demandó y el imitó mis movimientos, yo no quité mi mirada sobre él. - Mira el cielo.

- Es hermoso. - El cielo estaba despejado y no había una sola nube que tapara las estrellas. - Es fascinante.

- Sabía que te gustaría. - Sentí su mano rozar la mía. - Siempre que vienes, por las noches después de cenar aquí con mi familia, miras el cielo fascinada, asombrada.

- Si, allí, en España, donde vivo yo, normalmente hay muchas nubes en el cielo para contemplar las estrellas. Son hermosas.

Camilo me agarró la mano, miré de reojo y me estaba mirando, luego giró la cabeza mirando hacia el cielo, yo imité sus acciones.

Nos quedamos así un rato, el sonido de la noche al nuestro alrededor era tranquilo. Camilo no me soltó la mano y lo agradezco. De repente el móvil empezó a vibrar fuertemente, sonando así, e interrumpió el bonito momento.

- Disculpa. - Agarré mi móvil con la mano libre y sin levantarme del suelo. - ¿Diga?

- Hola. - Saludó Bruno. - Solo quería saber si vas a venir mañana a clase.

Puse mi voz ronca y un poco afónica. - No puedo, ya me oyes, pero no te preocupes, ¿si?

- Ah, ok.

- ¿Y querías preguntarme o decirme algo más?

- Si, mi novia y yo cortamos. - Su voz se quebró. - Y como nadie se creía que tenía novia cuando se lo dije pues te llamé a ti.

- Lo siento. - Camilo, intrigado, se acercó a mí, soltando así mi mano, se acurrucó a mi lado, reposando su cabeza en mi hombro y pasando un brazo alrededor de mi cintura. - ¿Qué te dijo exactamente?

- Dijo que no me quería más... Que había conocido a alguien mejor, que al principio fui una apuesta y luego siguió conmigo porque si le gustaba.

- Esa tipa no te merecía, tu mereces algo mejor. Alguien que te quiera con virtudes y defectos. ¿Hmm?

- Sí, gracias Lucía, te quiero. - Camilo cuando escuchó esto me agarró más fuerte.

- De nada, para eso están los amigos. Me debo ir a dormir, hasta luego.

- Hasta luego, te quiero.

Colgué y miré a Camilo, que miraba enfadado a un punto fijo. - Ese chico te... Te estaba lanzando indirectas. - Cambió su mirada por una de intriga. - ¿Cómo lo decís vosotros en España?

- Lanzar fichas.

- ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Acaso te lanzan fichas?

- Lanzar fichas significa lanzar indirectas, que esa era tu pregunta inicial, lo decimos así vulgarmente y no, no te lanzan fichas. - Guardé el móvil en mi bolsillo y subí mis manos hacía su pelo para acariciarlo.

Sin darnos cuenta nos quedamos dormidos en el tejado.

Camilo Madrigal x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora