Manchester ― Inglaterra
―No seas gallina Carvajal. ¿Qué puede pasar? ―me dijo el idiota de Mack golpeándome suavemente en la espalda.
―Es arriesgado, idiota. ―contesté codeando suavemente a Isabella quien derramó un poco de su bebida encima de su chaqueta gracias a mí.
―Solo es una vuelta y ganarás mil dólares... Aunque dudo que los necesites, pero al menos demostrarás que eres la mejor.
Pensé unos segundos en su propuesta y después sonreí.
―Tú ganas. Dile al suicida que vamos a correr. ―Mack celebró y fue a hacer lo pedido.
―¿Segura? La policía ha estado rondando muy cerca de aquí y podrían atraparnos. ―intentó persuadirme uno de mis mejores amigos, Aiden.
―No te preocupes, Aiden. Solo cúbranme la espalda. ―sonreí para tranquilizarlo y mis tres mejores amigos asintieron.
Caminé hasta la línea de salida con mis amigos detrás. Me subí a mi dodge challenger negro justo al lado de un Audi en el que estaba uno de mis enemigos en las carreras callejeras.
La chica frente a nosotros lanzó un pañuelo, hizo lo mismo con el otro y finalmente el último pañuelo tocó el suelo indicándonos que debíamos acelerar hasta lo más que podíamos.
Pisé el acelerador con fuerza dejando que mi rival me pasara como mi táctica maestra, cuándo dimos la vuelta aceleré a todo lo que daba rebasándolo justo antes de llegar a la meta. Todos celebraron mi llegada corriendo hasta mi auto y esperando a que saliera de él.
―¡Así se hace Carvajal! ―Isabella me abrazó fuertemente.
Todos se quedaron en silencio cuando mi rival se acercó a mí.
―Quiero la revancha. Subo el doble. ―propuso y yo bufé suavemente.
―Yo no necesito el doble, aprende a perder. ―contesté cruzándome de brazos.
―Entonces te reto, una vuelta por toda la manzana, el que gane se lleva la gloria. ¿O no te atreves? ―sonrió con malicia y yo cerré los ojos intentando controlar mis impulsos de idiotez.
―No lo hagas, Valentina. Ya demostraste que tienes la gloria. ―Oliver intentó controlarme.
―¿Tienes miedo? ¡Vamos, Carvajal! ¡No seas gallina!
Cuando todos empezaron a vitorear fue suficiente para mí. Caminé hasta mi auto sin decir una palabra y después saqué mi cabeza por la ventana.
―¿Vas a ladrar o a morder perro? ―provoqué sonriendo de lado.
El tipo subió hasta su auto y se colocó en posición junto a mí. Cuando el tercer pañuelo tocó el suelo, aceleramos nuevamente y salimos a la vacía avenida.
Íbamos al mismo ritmo, pero hubo un momento en el que el idiota fue tan suicida y se atrevió a golpear mi auto.
Ese. Tarado. Golpeó. Mi. Bebé.
Como quería jugar, golpeé devuelta su auto. Dimos la vuelta a la manzana y cuando estuvimos a punto de llegar, volvió a golpear mi auto con más fuerza y yo hice lo mismo devolviéndoselo el doble de fuerte. Eso logró que el idiota perdiera el control y chocara con un poste.
Crucé la línea de meta volviendo a escuchar las celebraciones de todos, las cuales pararon en cuanto el sonido de unas sirenas inundaron el lugar. En tiempo récord subieron a sus autos, y cuando nosotros estuvimos a punto de hacerlo...
―¡Valentina Carvajal, Oliver Meyer, Isabella Bregoli y Aiden Everlin! ¡Que no se les ocurra moverse un paso más!
Nosotros con un resoplido levantamos las manos.
...
―Nos vamos ahora mismo, Valentina. ―dijo mi madre con severidad al salir de la oficina del comandante.
Sin decir nada, me levanté de mi asiento y les dirigí una mirada a mis amigos deseándoles suerte. Fuimos hasta la camioneta de mi padre y en silencio total fuimos a la mansión Carvajal.
Ahora me encontraba sentada en el enorme sillón de la sala esperando que mis padres ―los cuales no dejan de mirarme con los brazos cruzados― me dirijan la palabra.
―Esto es inaceptable, Carvajal. Ya no sabemos hasta que nivel puede llegar tu rebeldía y te aseguro que no vamos a esperar para descubrirlo. ―mi padre fue el primero en romper el hielo mirándome severamente.
―¿Entonces que harán? ―también me crucé de brazos muy descaradamente.
―Irás a Boston. ―contestó mi madre y puedo jurar que mi mandíbula casi toca el suelo.
―¡¿Qué?!
―Estudiarás en el instituto que nosotros financiamos, limitaremos tus tarjetas de crédito y cambiarás tu auto. ―enumeraron logrando que cada vez más abriera la boca.
―¿También tendré que cambiar mi ropa o temen que guarde diamantes allí? ―comenté con sarcasmo.
―No nos obligues... Y una última cosa. Cambiarás tu apellido.
―¡Wow! Relaja la menopausia, madre. ¿Por qué debo cambiar mi apellido?
―Porque descubrimos que muchas veces utilizas nuestro apellido para beneficiarte de muchas cosas, así que decidimos que te lo cambiarás para que no lo hagas más. ―mi padre sonrió de lado justo como yo lo hago la mayoría del tiempo.
―¿Y qué pasa si no acepto?
―Te desheredaremos. ―respondieron ambos al unísono.
―No se atreverían... ―murmuré horrorizada.
―¿Quieres probarnos, cariño? ―mi madre levantó una ceja justo como yo lo hago y después sonrió al ver mi rostro de derrota. ―Sube a tu habitación a empacar tus cosas, Silvia te ayudará.
Con un gruñido de frustración obedecí y subí hasta mi cuarto a hacer lo pedido. Cuando iba por mi segunda maleta, tocaron la puerta y después entró mi nana con una sonrisa.
―Me contaron lo que sucedió, señorita. ―fue lo primero que dijo Silvia al verme.
―¡Oh Dios! ¿Tú también? Ya me regañaron lo suficiente mis ex padres, no vengas tu. ―supliqué haciendo un puchero y recibiendo un abrazo de mi nana.
―No puedo creer que vayas a irte. ―susurró en medio del abrazo.
―Yo tampoco, pero mis padres prácticamente dejarán de serlo cuando ponga un pie en América, y si no quiero que me deshereden completamente debo hacerlo.
Volví a mi enorme cama y seguí con mi trabajo inicial esta vez con ayuda de Silvia.
―Mírale el lado bueno. ―me sonrió logrando un brillo en sus ojos color miel.
―¿Qué al menos puedo conservar mi ropa? ―dije y ella rio.
―No. Pero esto podría ser una nueva aventura para ti.
Sonreí pensando en sus palabras. Una nueva vida, un nuevo nombre, un nuevo país o mejor dicho, un nuevo continente. Significa una aventura nueva por empezar ¿cierto?
Tal vez mis padres me hagan un favor el enviarme a Boston. Tal vez allí encuentre algo nunca explorado para mí y tal vez, solo tal vez, encuentre lo que nunca he buscado.
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Problem | ✓
Romance˗ˏˋ 𝐉𝐔𝐋𝐈𝐀𝐍𝐓𝐈𝐍𝐀 ˎˊ- 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦| ❝Cuando hay un problema. Las personas hacen hasta lo imposible para solucionarlo. Cuando tú eres un problema. Tus padres cambian tu apellido y te envían a un instituto privado junto con tus amigos para vi...