―Quiero que me expliquen el motivo de ese escándalo en la cafetería. ―la directora nos miró fijamente desde su asiento.
Todos los que empezamos la guerra de malvaviscos estábamos allí, primero fueron los todopoderosos y después éramos nosotros.
―Nosotros íbamos tranquilamente recogiendo nuestros almuerzos y esa gente empezó a molestar a nuestros amigos, como hablar con ellos es como hablar con una pared hueca, decidimos calmarlos con malvaviscos calientes. ―explicó Oliver mirando fijamente a Allyson.
La señorita Cervantes se quedó mirando unos segundos a mi amigo y después pareció reaccionar.
―Esos no son motivos suficientes para iniciar guerra de comida en la cafetería y en mi instituto. ―nos miró a cada uno muy seriamente. ―Escúchenme bien; muchachos, sé que ustedes tienen todo el potencial para hacer muchas cosas, pero un escándalo más así sea mínimo y me temo que les quitaré la beca.
―Está bien. Pero al menos adviértale a esos niños mimados que no se metan con nosotros, porque somos pobres no estúpidos. ―protesté y ella asintió a todas mis palabras.
―Hablaré con ellos, ahora, deberán pagar un castigo después de clases. ―nos entregó unos papeles en el que decía el tiempo de aquel castigo.
Dos horas de mi tiempo desperdiciados.
Nos despedimos de la señorita Cervantes y nos dirigimos a nuestras clases, tenía la última clase sin compañía de nadie y además eran matemáticas.
Cuando estudiaba en casa; no recibía las clases que cualquier niño recibe, a mis 10 años ya veía Economía o Cálculo gracias a mis padres que desde el vientre me recordaban que algún día iba a tomar las riendas de un imperio multimillonario. Desde que llegué a este lugar, siempre era la primera en acabar todos aquellos problemas de matemáticas y dejando la modestia aparte, a veces la maestra me pedía ayuda para estudiar en su maestría.
Cuando llegué al salón y la maestra nos explicó el tema de hoy, terminé el taller en 20 minutos y después de presentarlo me dejó ir.
Me fui lentamente por los pasillos hasta mi casillero a guardar los libros que había utilizado hoy y me encontré a Juliana teniendo problemas con su casillero que estaba diagonal al mío. Tenía varios libros en su brazo y batallaba con uno para que saliera.
―Deja te ayudo. ―tomé unos cuantos libros de su brazo y saqué el problemático extendiéndoselo a ella.
―Te lo agradezco, Achaga. ―dijo metiendo nuevamente los libros que estaban en su brazo.
―¿Redecorando? ―pregunté recostándome en el casillero a mi lado.
―Tengo que aprovechar estos ratos libres. ―tomó los libros de mis brazos y empezó a acomodarlos.
―¿También te castigaron? ―pateé una piedra invisible y después volví a mirarla.
―Si. Pero como después de clases voy a ir a una fundación de niños huérfanos, eso cuenta como pago de castigo.
La miré con los ojos abiertos. ¿Juliana Valdés haciendo obras de caridad? Tengo que grabar eso.
―¿Por qué pareces sorprendida? ―se giró a verme con una pequeña sonrisa.
―Porque tú... Bueno, los huérfanos son... Pobres y tu... ―intenté explicar, pero mi sorpresa no me dejaba.
―Las personas no son lo que aparentan, Valentina. ―volvió a sonreírme y yo temí que Juliana tuviera una gemela malvada que esté aparentando ser buena y que después nos envíe mensajes a mis a amigos y a mi amenazándonos con contar nuestros más oscuros secretos.
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Problem | ✓
Romance˗ˏˋ 𝐉𝐔𝐋𝐈𝐀𝐍𝐓𝐈𝐍𝐀 ˎˊ- 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦| ❝Cuando hay un problema. Las personas hacen hasta lo imposible para solucionarlo. Cuando tú eres un problema. Tus padres cambian tu apellido y te envían a un instituto privado junto con tus amigos para vi...