Mi Bella Bestia (La otra historia de amor)

Buscando Ayuda

_Nott, _inquirió al chico de su sala, que de escuchar su apellido en ese tono y sabiendo a quién pertenecía la voz, saltó del sofá como resorte.

_ Si Malfoy,_ dijo recobrando la compostura.

_Necesito tener una charla en privado contigo, en mi habitación, ahora.

_ Será un placer,_ mintió el tono del rubio lo desesperaba.

_ Sí, si lo sé. Vamos_ dijo subiendo a su habitación que era la más alta dento de las mazmorras, alejada por un amplio corredor del resto de las habitaciones, lo que le encantaba por la privacidad.

Al llegar Theo, le preguntó:

_ ¿Qué sucede que tienes ese humor, ya hemos hablado, debes relajarte sabes que soy tu amigo, tu único amigo (le recordó) igual me tratas como si fuera tu sirviente, ¿qué demonios quieres?

_Justamente es eso, cada vez que pienso en decir algo amable lo voy ha hacer y digo una bajeza, una ordinariés, un insulto, y ni hablar si va dirigido a alguien que debería ser inferior a mí (dijo esto recordando a su padre y las enseñanzas que le dio en la infancia y adolescencia), ahora, hoy noté que que si pienso decir algo malo entonces sale algo bueno de mi boca. Luego de pensar bastante hay solo una respuesta la locura Black me alcanzó. 

_Y yo que flauta toco en este lío._ Preguntó Theo.

_ Como bien dijiste eres mi ÚNICO amigo, además de inteligente, audáz, y ratón de biblioteca encubierto (le dijo mirándolo de soslayo) pero sobre todo eres prudente, y quiero tu opinión.

_Tendré que hacerte unos test, pero no creo que sea locura, pensaste en la posibilidad de estar hechizado.

_¿Quiéres una lista de los hechizos que he recibido desde los 3 años en adelante?, lee mi diario... salvo el avada, creo que son todos. Los tuve de daño y de sanación, a los siete me evisceró mi padre por una rabieta que le hice porque en Navidad no tuve una escoba como la que yo quería, y sabía que él me podía comprar. Así que piensa, haz lo que tengas que hacer pero si quieres saber los que sufrí están en mi diario, tómalo, solo hay eso, no leerás en el nada que yo no quiera que veas. Dijo al ver la cara de su amigo mirando el abultado diario que estaba sobre la mesa de noche.

_ Seguro, lo que lea queda entre el diario, tú y yo. Seguramente te llevaré también a una cita con una chica de Ravenclaw, que ha perfeccionado la lectura del alma, (dijo sonriendo como tonto) es algo enigmática (por no decir rara) pero aunque lo que dice a veces no parece tener sentido cuando llegas al final de la madeja todo cuadra perfectamente, ve mucho más allá que nosotros, y no mira con sus ojos, cuando te ve raro, siempre suelta algo interesante, son como pistas, que hay que saber unir y a mi me ha ayudado mucho desde la caída del Señor Oscuro. Casi te diría que es mi sostén, mi cable a tierra, un pedacito de cielo, que entiende sin juzgar._ Todo esto lo dijo bajito como temiendo la respuesta del rubio ante su casi confesión de amor. Él tenía claro que Malfoy estaba lejos del romance, cercano a la lujúria pero muy muy lejos del amor, o al menos eso creía Theo.

Draco lo miró, y vio su mirada, la sonrisa de sus labios, cómo su rostro brillaba al hablar de esa bruja, que era dueña de esa magia tan especial, y solo se le ocurrió preguntarle:

_Y... ¿es bonita?

_Cómo la que más,_ dijo Theo y allí lo dejó, en sus cavilaciones personales, más confundido que antes, pensando que si era Ravenclaw por lo menos sabía a ciencia cierta que no era ella.

Hermione entró a la dirección, McGonagall la esperaba tomándose un Té de Ibiscus, y le ofreció otro a ella, que aceptó gustosa.