Camino de manera automática, con la cabeza en otro lado, aunque pensando realmente mi ruta, creo que es la primera vez en los cuatro años que llevo en Cataluña que vengo a esta zona. Intento seguir las indicaciones que me da el navegador, con una voz que se superpone a la música que voy escuchando. Giro a la derecha, en una calle que me produce escalofríos, no se parece ni siquiera a Gijón. Una llamada corta la canción, descuelgo sin pensar.
— ¿A dónde me has mandado? — digo sin pensar prácticamente.
— Hola, Olivia, ¿que qué tal estoy? Muy bien, gracias.
— Si, bueno, ¿dónde vives? — escucho una risa— Te lo estoy diciendo en serio, no tengo ni idea de dónde estoy.
— No, si ya te veo — me giro hacia la derecha por inercia, lo encuentro cruzado de brazos y apoyado en un muro bajo —. Hola, Olivia — me sonríe en la lejanía, su voz suena a través del teléfono.
— Hola, Pablo — le digo antes de colgar, escucho su suspiro molesto mientras camino hacia él.
No me sorprende nada el hecho de que vaya vestido con unos pantalones grises y una sudadera negra, sin nada que lo identifique como jugador del club, de hecho, nunca lo he visto con nada del equipo hasta que lo vi jugar.
— ¿Para qué me querías ver? — me dice mirándome de arriba abajo — Me gusta la sudadera — la señala, es una de las muchas que Gabri se dejó en casa.
— Gracias, es de mi compañero de piso — sonrío, él entrecierra los ojos — ¿Qué? — mi gesto cambia completamente, ahora el que sonríe es él.
— Que raro se me hacía verte sonreír a ti — resoplo, camino hasta dónde está él y me apoyo a su lado, observo desde aquí las vistas.
— Eres tan molesto a veces — murmullo, escucho a mi lado su risa —. ¿Qué tal con Bea? — giro la cabeza hacia él, veo que se pone serio de repente.
— Nada importante — se rasca la nuca—, bueno, esa era mi intención... — alzo las cejas, él suspira—. Cree que tengo sentimientos por ella — susurra—, pero no, es que ni puedo escucharla hablar más de cinco minutos.
— Bueno yo a ti tampoco y aquí estamos — me mira ofendido, río apoyando la mano en su hombro —. Es broma, hombre, cada día me molesta un poquito menos tu acento.
— ¿Ah sí?
— Pero solo un poco, luego ya es demasiado — él resopla, muerdo la punta de mi lengua aguantando una carcajada —. El otro día apareció en mi casa — frunce el ceño—, Bea.
— ¿Cómo que apareció en tu casa? — asiento, me paso la lengua por los labios al sentirlos secos mientras miro hacia el paisaje — ¿Qué dices, Olivia?
— Tío, yo que sé — le digo mirándolo de nuevo—, la pava va y me llama al telefonillo y pregunta que si estaba Olivia en casa, vamos demasiadas coincidencias cómo para pensar que fue accidental — él se encoge de hombros, resoplo girando la cabeza de nuevo —. Te dije que me daba igual si te acostabas con otras, porque es en serio que me da igual, pero que no se me presenten taradas en casa — escucho como resopla.
— No tenía ni idea — lo miro directamente.
— Bueno, es lo que tiene quedar con alguien que ya ha estado con más futbolistas, se debe creer que nadie más puede tocaros — él resopla.
— Cállate, ya me vaciló demasiado Nico con eso — río, él suspira.
— Si es que ya hay que ser para tener tan mala puntería.
— Seguro que tu eras mejor objetivo — alzo una ceja tras escucharlo.
— Primero cumple los dieciocho y ya hablaremos de si entro en tu rango de objetivos o no — resopla, yo aguanto una risa.
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Fuego Amigo • Pablo Gavi
FanfictionFA | FUEGO AMIGO (Dream Teen #2) "Yo no sé de partituras, sé de llevarte a cenar. No me dio por atar cabos, estamos locos de atar. Tengo penas y trofeos y soy experto en fallar. Pero qué bien lo pasamos si dejamos de pensar." o Donde Oli y Gavi fing...